ALACRANES Y ARAÑAS A LA CABEZA

Alertan por un recrudecimiento de accidentes con criaturas ponzoñosas

En esta época del año crecen las consultas por picaduras y mordeduras que pueden resultar fatales. La directora del Hospital de Junín, Alicia Ramallo, afirmó a Democracia que “han aparecido casos por picaduras de alacranes, pero ninguno resultó venenoso”.

Así como la llegada del calor inaugura la temporada de hormigas y cucarachas, también otros insectos menos frecuentes pero más peligrosos parecen despertar de su letargo invernal. Ya sea en busca de comida o bien porque las lluvias los expulsan de las rendijas y resquicios oscuros donde suelen esconderse, no es infrecuente encontrarse en esta época del año dentro de la casa con algunas especies de arañas y escorpiones cuya picadura puede resultar letal.
En diálogo con Democracia, la titular del Hospital Interzonal General de Agudos “Dr. Abraham Félix Piñeyro” de Junín, afirmó que “han aparecido casos por picaduras de alacranes, especialmente en la zona rural, pero ninguno resultó venenoso. Y en lo que respecta a las picaduras de arañas, hemos recibido pacientes con alguna reacción local, alguna ampolla o congestión, pero no fueron casos graves”. 
A nivel provincial, de las trescientas consultas por animales ponzoñosos que recibe cada año el Servicio de Toxicología del Hospital de Niños, cerca de un 80% se concentra precisamente entre noviembre y marzo. Y es que en el verano no sólo emergen insectos y serpientes sino que además se dan otras condiciones que contribuyen a que ocurran accidentes con mayor regularidad.
“Empieza a hacer calor y la gente anda descalza y con menos ropa, o se pone a remover cosas y limpiar el parque. Pero además es más común que haga paseos por lugares con pastos altos y poco tránsito en los que el riesgo de sufrir un accidente de este tipo suele ser mayor”, explican desde el hospital, donde recomiendan estar alerta y evitar ciertas prácticas para no cruzarse con criaturas peligrosas tanto dentro como fuera del hogar.
Además de los alacranes, otra causa de consulta por picaduras venenosas son las Viudas Negras (Latrodectus mactans). También conocida en el campo como “Rastrojera” o “del Lino”, no suele medir en general más de un centímetro y es muy fácil de identificar por su color negro brilloso y una pequeña mancha en el tórax color carmín. “Se la encuentra mayormente en ambientes rurales, donde se la puede hallar tanto de día como de noche. Y su picadura, que en general se produce en el contexto de tareas rurales como el desmalezado y la cosecha, pasa inadvertida hasta quince minutos después”, detallan los expertos.
Menos frecuentes, pero no menos peligrosas, son las picaduras de la Araña de los Cuadros o del Rincón (Loxosceles laeta). Miden en general menos de un centímetro de largo, son de color marrón con una pequeña mancha oscura en el tórax con forma de violín, y suelen andar casi exclusivamente de noche. Como no le gusta la luz, los ambientes en donde suelen aparecer son los taparrollos de las cortinas, los galpones y los desvanes oscuros. Por eso es que en general las picaduras se producen cuando la gente se pone remover cosas que tiene arrumbadas, pero también en la cama, porque suele bajar por las paredes y si uno la aplasta al estar dormido puede terminar picado.
De todos los accidentes con animales ponzoñosos que habitan en la región, el más inusual lo representa la mordida de yarará. En este sentido, los especialistas recomiendan evitar internarse en pastizales altos, especialmente en la zona ribereña.

Cómo manejarse
Las recomendaciones de los expertos para no convivir con insectos ponzoñosos pasan esencialmente por crearles un ámbito lo menos favorable posible para su supervivencia dentro del hogar. En el caso de las arañas, en especial la del Rincón, se aconseja retirar las telarañas, que pueden proveerlas de alimento, y abrir los ambientes para que entre luz natural. Con los escorpiones, una medida efectiva es combatir las cucarachas, que son su plato favorito, remover escombros cercanos a la casa y colocar mallas de alambre en las rejillas. En ninguno de los casos la fumigación con insecticidas sirve de mucho: “El mejor insecticida con ellos es el zapato”, explican en el hospital.
Contra una indicación habitual, también recomiendan no intentar atrapar al insecto agresor para identificarlo. “De esa forma mucha gente termina siendo picada por algo innecesario”, dice la doctora Aguirre Céliz al explicar que “no hace falta tener al bicho para determinar el tipo de empozoñamiento: basta evaluar los síntomas clínicos”.
Como uno de esos síntomas que se evalúan es el aspecto de la piel alrededor de la picadura, los médicos recomiendan también evitar la aplicación de antisépticos colorantes en la herida, como así también aplicar torniquetes o succionar el veneno, dos prácticas potencialmente peligrosas. En este sentido “la mejor recomendación en caso de accidente es asistir a un centro de atención en las primeras cuatro horas”, señalan en el Hospital.

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