El uso desmedido y su impacto en la salud

Si bien el celular ya es parte de nuestras vidas y casi una extensión del propio cuerpo de muchos adolescentes, no son pocos los especialistas que advierten que su uso desmedido puede generar más de un dolor de cabeza. El desarrollo de cada vez más aplicaciones que facilitan la vida diaria, sumado al boom de las redes sociales, no hacen más que acrecentar la popularidad de estos dispositivos y potenciar así algunos riesgos para la salud antes no tenidos muy en cuenta. Afecciones como la nomofobia, la cibercondría o el denominado síndrome Google, son algunos de los que surgieron a partir de la dependencia de las personas por internet y la tecnología móvil.
Pero ni el “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” (DSM, en sus siglas en inglés, “Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders”) de la American Psychiatric Association (APA), ni la Organización Mundial de la Salud, las reconocen como patologías al mismo nivel que adicciones con sustancia como la ludopatía. Aunque es un hecho que los trastornos derivados del uso de internet y la telefonía móvil son cada vez más frecuentes.
Entre los trastornos derivados de la expansión de internet y las nuevas tecnologías, se destaca la nomofobia (del inglés nomophobia, “no mobile phobia”), el miedo a estar incomunicado sin teléfono móvil, y que se caracteriza por la ansiedad que provoca no encontrar el dispositivo, que este no tenga cobertura o que se quede sin batería.
Otro trastorno es el llamado “cibercondría”, que consiste en recurrir a la red para el autodiagnóstico de enfermedades y para encontrar los posibles tratamientos, sin acudir al especialista. “También tenemos el llamado ‘síndrome Google’ -apunta el psicólogo Antonio Molina-. Las visiones más alarmistas apuntan a que este trastorno podría derivar en una limitación de las capacidades intelectuales y una modificación de la conducta de quien recurre para todo al buscador y deja de hacer esfuerzo para memorizar datos o descarta hacer preguntas, para comprender ideas o conceptos con la certeza de que la respuesta la encontrará más adelante en internet”.
La gravedad de la adicción a internet y al teléfono móvil “depende del caso, de la intensidad con la que se lleva a cabo y la obsesión que se tenga”, dice Molina, que con frecuencia acude a dar charlas en centros educativos para explicar los factores preventivos sobre la utilización del teléfono móvil.
“No es frecuente que llegue alguien demandando tratamiento porque diga ‘tengo una adicción al celular o tengo una adicción a internet’”, insiste el psicólogo, quien explica que el uso desmedido del celular es un riesgo que “se da sobre todo en adolescentes. Cuánto más jóvenes, más uso inadecuado del móvil se hace”.

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