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Yamila Avagnina y Silvia Nasso, psicólogas del Hospital Interzonal de Junín.
AMOR VERSUS CONSUMO

¿Qué significa el nacimiento de un niño en la sociedad contemporánea?

¿Puede ser que se lo considere como un objeto más de consumo?, es la pregunta que queda flotando en el aire, ante la inminente Navidad y la movida comercial que muchas veces impera. A pesar de esta cuestión, el amor prima y se recibe al niño siempre con esperanza.

El nacimiento de un niño toma siempre relevancia para la vida humana, abriendo innumerables interrogantes no solo sobre el futuro sino también sobre cómo se lo considera actualmente. 
Desde el punto de vista psicológico, el abordaje es más amplio, donde no solo se tiene en cuenta las condiciones físicas del niño sino cómo es recibido por su familia y la sociedad.
La psicóloga Silvia Nasso, del área de Salud Mental del Hospital Interzonal General de Agudos “Dr. Abraham Félix Piñeyro” de Junín, trabaja desde hace 31 años en el sector infanto-juvenil. En base a su experiencia ha visto familias que hacen su paso por el Hospital, dejando una profunda huella cuando del nacimiento de un niño se trata.
En vísperas de Navidad, al ser consultada por Democracia sobre cómo se consideraba el nacimiento de un niño en nuestra sociedad, la doctora explicó primeramente en qué consistió el servicio a su cargo.

“Los residentes del servicio trabajaron a destajo, tanto la residencia médica como la de obstetricia."

En esta atención hay a disposición psiquiatras para infanto-juveniles, psicólogos, psicopedagogos y trabajadores sociales (de Servicio Social). Se trabaja en equipo, en interconsulta, con demás servicios y áreas, como por ejemplo neonatología, pediatría, ginecología, traumatología, cirugía, clínica.
En cuanto a cómo es recibido un niño en el seno familiar, la doctora Nasso dijo: “En general un niño es advenido al mundo con todo el amor que tiene, estableciéndose un vínculo madre-hijo, con lo significante que esa familia trae ante el nacimiento para un nuevo sujeto. Por supuesto que pueden aparecer cuestiones particulares, siempre el nacimiento es una situación particular”.
“Los que trabajamos en Salud Mental a veces tenemos que destrabar algunas cuestiones, porque a veces el niño está ubicado como un objeto más, un objeto más de consumo. Nos preocupamos por lo que necesita, hacemos referencia a muchas cosas y nos olvidamos que es un niño que necesita un buen vínculo con los otros. Es un sujeto de derecho, es un sujeto social, que necesita del vínculo”, apuntó.
“El vínculo con su madre, con su padre, es lo que va a marcarlo como sujeto. Cómo es acogido, cómo es sostenido, que esa impronta que tiene, ese amor que recibe y los significantes con que se carga a ese niño va a marcarlo en cuanto a cómo va a vincularse en la vida, con otros”, afirmó.
Por su parte la psicóloga Yamila Avagnina, perteneciente al servicio de Salud Mental del Hospital, aclaró que esto no tiene que ver con las cuestiones económicas ni culturales sino, simplemente, con el lugar que ocupa en la familia.

"Se atienden 750 partos anuales y entre 5.500 y 6.500 consultas ginecológicas por año."

Atención
El lugar que ocupa el niño que nace en el Hospital de Junín es muy importante, ya desde antes de nacer, cuando se atiende a su madre, en el servicio de Ginecología, luego en Obstetricia para ayudarlo a nacer, para después ser atendido en Neonatología y en Pediatría.
Hay todo un sistema público y gratuito que valora el origen de la vida, a pesar de los límites burocráticos y económicos de nuestra sociedad.
“En el Hospital, la atención de madres y chicos a través de los servicios de Obstetricia, Ginecología, Neonatología y Pediatría trabajan a destajo”, manifestó la doctora María Isabel Somma, jefa del servicio de Tocoginecología e instructora de residentes, quien al ser consultada por Democracia, hizo referencia a la atención.
Tocoginecología abarca las sala de Ginecología y la de Obstetricia, con múltiples actividades que se desarrollan en el Hospital Interzonal, entre los que se destacan los consultorios de control Prenatal, de bajo riesgo, de alto riesgo y de altísimo riesgo, salas de parto, interconsultas con otras áreas, etc.
“Los residentes del servicio trabajan a destajo, tanto la residencia médica como la de licenciados en obstetricia”, aseguró la doctora Somma.
Respecto a los números de la atención, la doctora estimó que se atienden 750 partos anuales y entre 5.500 y 6.500 consultas ginecológicas anuales.
“En los últimos dos meses logramos bajar bastante el índice de cesáreas, que son alrededor del 40 por ciento, el resto son partos normales. Se está viendo que hay tanto alto riesgo que se decide hacer cesárea, a veces bien indicada y otras no tanto. Esto se ve en el mundo, donde hay aumento en la población con sífilis”, manifestó.

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