“No quiero que los chicos lloren"

Consultado sobre sus técnicas de ventas, Manolo dijo: “Nunca me gustó gritar el ‘lloren chicos lloren’ porque cuando veo niños llorar se me parte el alma”.
“Los chicos me retan”, exclamó. Y resaltó: “Me reclaman que tal día no vine o que llego tarde. A esta altura me divierto mucho y me entretengo”.
“Hay casos en que les vendo a los mayores y después vienen los menores a reclamar por sus helados”, finalizó.