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Oscar, atrás, en plena tarea de fabricación

Oscar Ruarte, un dulcero de oficio y con una extensa trayectoria

Con sesenta y cinco años, Oscar Ruarte cuenta con casi cuarenta de experiencia en la fabricación del dulce de leche en Junín.
Su primer trabajo fue en Mendizábal, donde obtuvo experiencia en el oficio durante cuatro años.
“A los quince días de comenzar a hacer dulce me parecía un infierno, terminaba todo mojado”, recuerda sobre la profesión que luego no pudo más que amar para siempre.
Luego pasó a trabajar en La Juninense, por seis años hasta que entró en Argenlac en el año 1988 hasta su cierre, en el 2010. 
Oscar fue varias a veces a Argenlac  a buscar trabajo pero sin suerte, al menos hasta que supieron que era dulcero y lo tomaron de inmediato.
Si bien pasó a trabajar en La Serenísima, ya no fue como dulcero, algo que solo volvió a hacer cuando entró a la fábrica Manduque hace un año.
“Ahí conocí a Antonio, una gran persona que pone mucho empeño y me deja trabajar a gusto mío. Me siento como en casa”, asegura.

Dulce de leche: ninguno igual
Leche, azúcar y bicarbonato son los tres ingredientes, sumados a la vaina de vainilla. Y, según dicen, el dulce de leche no tiene secretos pero todos saben diferente.
“Si le das azúcar, leche a cinco o seis personas que saben hacer dulce, a ninguno le sale igual. Y me preguntan por qué y no lo sé”, dice Oscar.
Si bien no lo sabe, Oscar asegura que él lo hace con cariño y lo disfruta más que nada. Tal vez ahí esté el secreto.

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