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La armería Lucchesi nació en la década de 1940 en la ciudad de Junín.
FUNDADA POR UN ITALIANO QUE ESTUVO EN LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

Después de 80 años de vida, cerró la armería Lucchesi de nuestra ciudad

Se trata de una tradición familiar con más de 300 años de historia. De padres e hijos fue pasando el legado que hoy llega a su fin. “Consideramos que la modalidad del RENAR dificulta nuestro desempeño para poder cumplir con las expectativas del cliente”, explicaron desde el comercio juninense.

La armería Lucchesi nació en la década de 1940 en la ciudad de Junín y fue fundada por Juan Lucchesi, un italiano que participó de la primera guerra mundial.  
Junto a su socio vasco Julián Urigüén, compró la armería “Casa Busca”, que se encontraba a la venta en ese momento, en calle Roque Sáenz Peña. Años más tarde, Lucchesi fundó su propio local de armas ubicado en la intersección de calles Lavalle y Francia.
Luego de 300 años de historia familiar en la tradición artesanal con las armas de fuego, que fue pasando de padres a hijos, se decidió darle fin al comercio que actualmente se encontraba en calle Italia 255.
“Los controles se han puesto más duros y prácticamente no hay trabajo”, sostuvo Rafael Lucchesi (hijo) en diálogo con Democracia. Y expresó que “los cazadores ya no salen porque tienen que pedir permiso al dueño del campo, quien al mismo tiempo tiene que estar inscripto como coto de caza. Han acotado mucho el circuito legal”. 
“Los comerciantes nunca estuvimos agrupados, por lo que siempre se tomaron determinaciones y nadie respondió. Las disposiciones parecieran no haber considerado que este circuito es la vía más segura porque la persona que va a comprar un arma a una armería autorizada pasa por muchos controles: aptitud psíquica y física, medios de vida lícitos, examen de idoneidad en el manejo de las armas, registro de huellas dactilares en la comisaría y evaluación de antecedentes”, explicó.
“El trámite lleva mucho tiempo para poder entregar el arma, en el cual se debe demostrar que es una persona de bien y un delincuente nunca pasa por este circuito legal”, subrayó. 
“La ciudad de Junín cuenta con el Tiro Federal, en el que se ejercita el tiro al blanco, un deporte muy practicado en todo el mundo, especialmente en Suiza donde hay competencias muy renombradas que incentivan a la participación de los jóvenes por considerarlo un deporte que requiere mucha disciplina”, continuó.
Según el armero, Rafael Lucchesi, cerraron más de dos mil armerías en Argentina y “nosotros aguantamos todo lo que pudimos a ver si mejoraba la situación, y las casas que quedan con vida están paradas porque se trabaja muy poco”.
“Taller de armas en Junín no hay más, al igual que en las ciudades de los alrededores. Como local de venta de armas solamente  queda Campini Y Catena”, dijo, mientras que concluyó: “Los controles son necesarios y está muy bien que sean exhaustivos, pero el trámite total debería ser más rápido”.

“Historia de película”
Por otro lado, dialogó con Democracia Rafael Lucchesi, nieto del fundador de la armería en Junín y habló sobre la historia de su abuelo.
Juan nació a fines del siglo XIX en Italia y se vino a la Argentina luego de participar de la primera guerra mundial. En Bologna, su pueblo natal, aprendió el oficio de las armas de fuego y la reparación de relojes con su abuelo, quien le transmitió el legado familiar”, explicó. Y agregó: “Es una historia de película”.
En relación con su participación en el conflicto bélico contó que “a mi abuelo lo llamaron a combatir a los catorce años y fue malherido en el campo de batalla pero después de una larga internación logró sobrevivir”. 
“Trabajó varios años en su país y, ante los rumores de que se avecinaba un nuevo conflicto, decidió emigrar: viajó por tierra hacia Oriente, después de unos años, fue a México y decidió venir hacia el sur del continente, recorriendo distintos países y trabajando como mecánico y armero”, expresó Rafael.
“En la década de 1930 llegó a la Argentina, que en ese momento era un país importante,  y donde se sintió más a gusto porque encontró un pueblo con mayor nivel de educación que los anteriores”, continuó el relato. “Luego de estar en Buenos Aires llegó a Junín donde conoció a mi abuela, Beatriz Monclá, quien era maestra  y creó la armería en 1940”, subrayó, mientras que aclaró: “Si bien su nombre de pila era Giovanni, en nuestro país le pusieron Juan”.
“Mi padre, Rafael Lucchesi, en la década de 1960 aprendió el oficio familiar que le inculcó mi abuelo dentro de la armería en Francia y Lavalle, y luego se mudó a calle Italia 255”, finalizó.

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