Lorenzo Suárez Cicoria hace seis años que vive en Santa Clara del Mar, luego de haber nacido y vivido su infancia en Junín. “Todos los lunes me levanto a las 5, viajo a Mar del Plata, desde ahí me tomo un colectivo hacia Coronel Vidal, de donde estoy a 7 kilómetros de mi escuela, que los hago en taxi”, afirmó a Democracia.
Se trata de la Escuela Agropecuaria Nicanor Ezeyza del partido de Mar Chiquita, provincia de Buenos Aires, que tiene más de 100 años y alrededor de 270 alumnos de los cuales la mayoría viven en el establecimiento.
El juninense, junto a su amigo Lucas Peralta, participó del Programa Nacional Agroemprende, que reconoce proyectos agropecuarios en tres categorías distintas: idea-proyecto; proyecto-puesta en marcha y empresa familiar. “Nosotros presentamos un proyecto con una idea innovadora con la idea de mejorar las condiciones en la que está el establecimiento educativo”, señaló el joven emprendedor.
En sus últimos dos años en la escuela agropecuaria, Cicoria tiene que realizar un proyecto orientado a los agroalimentos para poder obtener la tecnicatura en agronomía. “Habíamos elegido el tema de producción de hamburguesas precocidas con biogás, con el objetivo de agilizar la cocción en restaurantes”, contó. Y continuó: “Cuando apareció la posibilidad de participar en Agroemprende con relación a una idea innovadora, presentamos este proyecto que teníamos destinado para la Escuela y pusimos de tutor al profesor Ángel Salvio”.
Luego de varias semanas de “habernos anotados en este programa nacional, durante las vacaciones de invierno nos llamaron desde Buenos Aires para informarnos que teníamos que presentarnos en la Rural de Palermo en donde iba a hacerse la entrega del dinero”, indicó.
Recuperar la escuela
Luego de haber sido beneficiado con 40 mil pesos en Agroemprende, dentro de la categoría “proyecto-puesta en marcha”, Lorenzo remarcó: “Decidimos donar la mayoría del dinero a nuestra escuela con la idea de volver a poner en marcha una sala de faena de novillos para poder autoabastecernos de carne en la semana escolar”.
Si bien en la actualidad desde el establecimiento educativo están donando la leche para los pueblos y escuelas rurales de los alrededores, Lorenzo afirmó: “Ahora con este dinero que obtuvimos queremos poner en marcha nuestra planta de derivados de leche para poder vender en toda la zona, ya que en los últimos años había dejado de funcionar la caldera industrial. La marca va llevar el nombre y el logo de nuestra escuela agropecuaria y la idea es competir con las marcas de mercado”.
La Escuela Agropecuaria Nicanor Ezeyza de Coronel Vidal cuenta con industria de cárnicos, carpintería, vivero, huerta, fruticultura, granja, entre otros. “Teníamos residencias viejas que estaban en peligro de destrucción, se refaccionó solo una y faltaría acondicionar el sector de las mujeres”, manifestó.
“Es una escuela bellísima, pero no se le pone la mirada ni las ganas que se le tendría que dar. Las actividades agropecuarias que podrían realizarse ahí están paradas, pero eso dentro de poco va a empezar a cambiar ya que va a entrar un nuevo director que tiene más interés y conocimiento en el tema”, finalizó.
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