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SEGUNDA PARTE DE LA ENTREVISTA CON GUILLERMO TAMARIT

Reconocen que llegan jóvenes con problemas de lectura y escritura a la universidad local

El rector admitió las dificultades en la escuela y habló de la necesidad de involucrarse para la UNNOBA. Prometió no bajar el nivel de exigencia.

El fracaso educativo argentino” se ha convertido en un cliché que ha dado el título a más de un libro en nuestro país. La frase hace una evidente comparación entre una nación que alfabetizó rápidamente a su clase media con otra, actual, que pierde lugares en los rankings educativos internacionales a cada minuto.
Los resultados de esa realidad pueden palparse perfectamente en Junín o la zona. Es que, según admitió el rector Guillermo Tamarit en una entrevista con DEMOCRACIA, la UNNOBA recibe alumnos con problemas de lectura y escritura.
El dato contundente refleja el problema educativo de la Argentina a la perfección. “Lo que antes se solucionaba en la escuela primaria, como aprender a leer y a escribir, hoy, en algunos casos, permanece como un problema hasta la universidad”, analiza el rector en un largo diálogo con este medio.
“Nosotros no lo consideramos una mochila sino una realidad de la que no podemos desentendernos. La educación es un sistema que comienza en prejardín y termina con los posdoctorados. En todo ese proceso tenemos que estar involucrados de distintas maneras”, desarrolla.  

Exigencia

La realidad, incontrastable, no puede implicar, para el rector, reducir el nivel de exigencia. “Nosotros ponemos una valla a una determinada altura. No la bajamos, pero nos ponemos cerca del alumno para hacerle ´piecito´ o lo que haga falta”, grafica. “El nivel académico es irrenunciable”, sentencia.
En un país como la Argentina, la coyuntura se vuelve un escollo insoslayable. “Los chicos que estuvieron en la escuela pública entre 2001 y 2002 (casi todos los alumnos de la UNNOBA de hoy) perdieron 300 días de clases por los paros”, ejemplifica. “Hay tres opciones: podemos hacer como si nada y perdonar esas carencias, dejarlos absolutamente afuera o hacer algo. Nosotros elegimos trabajar porque así es el modelo de la universidad: es inclusivo por naturaleza”, deja en claro Tamarit.

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