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EDUCACION

No alcanzan las vacantes en los jardines privados

La dificultad para encontrar lugares en muchas de esas instituciones ya empieza a vislumbrarse. Cómo es el escenario actual, cuáles son las causas de este fenómeno y qué se puede esperar para el futuro.

La elección del establecimiento educativo para un hijo es una tarea cada vez más complicada. Se trata de seleccionar un lugar en el que los chicos estén contenidos y con el que los padres se sientan seguros y tranquilos.
Esta es una preocupación que se da desde el nivel inicial, es por esta razón que cada vez es más común observar, en los meses de noviembre o diciembre, colas de padres en las puertas de los jardines -o por lo menos de ciertos jardines-, buscando una plaza para sus hijos. Y donde más se puede apreciar este escenario es en el ámbito privado.
Si bien aún no ha comenzado el período de inscripciones, la situación descripta ya se puede vislumbrar en esta época, cuando se empieza a advertir que las vacantes no alcanzarán para cubrir la demanda en muchos establecimientos.
Son muchas las causas que explican este fenómeno, que tienen que ver a veces con ciertas modas, pero, en general, con que son instituciones que ofrecen todos los niveles de escolaridad.

El escenario actual

En Junín ya no hay escuelas privadas que no tengan incorporado un jardín de infantes, entonces, las familias que aspiran a mandar a sus hijos a estos establecimientos, tienen que inscribirlos desde el nivel inicial. Estas instituciones, como el Marianista, el Santa Unión, el San Jorge o el San José, son las que, en general, no alcanzan a cubrir la demanda que tienen.
María Cristina Giaco-bone, Inspectora Jefe Regional de Gestión Privada, asegura que en la ciudad “no hay faltante de establecimientos, sí faltan lugares en determinados jardines que son los que las familias por ahí tienen más demanda y, que por tradición, tienen muchos ex alumnos, o familiares de los docentes, o hermanos en el colegio”.
La inscripción en estas instituciones tiene un orden de prioridades. Primero se alista a los chicos que ya tienen hermanos cursando allí, luego a los hijos de los empleados de la escuela, en tercer lugar a los hijos de ex alumnos y, por último, al resto de la comunidad.
“En realidad todos los años tenemos presentaciones de las familias porque quieren que los matriculen y no tienen lugares”, explica Giacobo-ne.
Susana Viotti, Directora del Jardín Marianista, cuenta su experiencia: “Nosotros con los hermanos de los alumnos, más los hijos del personal del colegio, más los hijos de ex alumnos prácticamente cubrimos todas las vacantes. A veces queda algún lugar para el resto de la comunidad, pero depende el año”.
Si bien es cierto que suele suceder que ciertas escuelas se ponen “de moda”, la realidad marca que uno de los factores principales que inciden en la coyuntura presentada, tiene que ver con que los padres, muchas veces, buscan cierta unidad académica, en donde sus hijos comiencen su escolaridad en un determinado colegio y la terminen en el mismo lugar.
Giacobone analiza que “por un lado las familias los buscan porque saben que una vez que ingresan en un nivel, permanecen en la institución. Y por otro lado, al tener otros niveles, hay más hermanos, entonces los cupos se cubren con los hermanos”.
Por este motivo, la falta de lugar en algunos establecimientos parece inevitable. No obstante hay otras opciones, “pero ocurre que si no hay otros niveles, no son tan buscados”, agrega la inspectora.

Qué se puede esperar

De cara al futuro, es improbable que estas escuelas, tal como están dadas las condiciones actuales, puedan aumentar su matrícula. Esto tiene varias causas.
En primer lugar, hay un tope establecido para la inscripción de cada institución. “Nosotros somos rigurosos en que no se exceda del máximo de alumnos permitido -señala Giacobone-. Entonces también se encuentran con esta limitación, que no pueden inscribir más porque no está autorizado, y no pueden desdoblarse”.
La opción para elevar la cantidad de vacantes sería la apertura de nuevos cursos, pero ahí entrarían en juego factores económicos, porque, además de evaluar las condiciones edilicias, habría que tramitar la subvención para los nuevos puestos que deberían ser cubiertos, algo de muy difícil aprobación. Giacobone admite que “gestionar nuevos cargos es muy difícil. El presupuesto está muy acotado y no están subvencionando nuevos cargos, entonces la mayoría de los propietarios, para abrir nuevas secciones, deberían afrontar el pago de los sueldos”.
De esta manera, la ampliación de la disponibilidad en las escuelas privadas depende sólo de ellas, en donde deberían analizar si van a contar con los recursos económicos para el pago de los sueldos de todos los docentes y con la infraestructura necesaria para aumentar la matrícula.

Privado y estatal

Dado este panorama, y aún como inspectora en la gestión privada, Giacobone sostiene que también debe tenerse en cuenta el nivel de la enseñanza pública: “Están las escuelas oficiales que tienen una oferta educativa tan buena como la privada, en donde hay lugares. Yo creo que la oferta que tenemos en Junín es muy buena, tanto en el nivel privado como en el estatal”.
En este sentido, apunta que desde el año 2005 están trabajando en una importante modificación en la estructura del sistema educativo, con una acción mancomunada entre las secciones estatal y privada, para llevar a cabo un proyecto educativo regional común.
“Nosotros estamos trabajando la articulación entre jardines y escuelas, y los privados que no tienen otros niveles llevan a sus alumnos a que conozcan instituciones estatales. Es algo que siempre se hizo pero estamos tratando de darle mayor fuerza, un poco para limitar estos problemas que se están dando”, concluye Giacobone.

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