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COMPROMISO SOCIAL

El Club de Leones de Junín y su ayuda a los no videntes

El año pasado entregaron un perro guía para Iván Guajardo, un vecino de nuestra ciudad.

Desde hace quince meses, Iván Guajardo -ciego desde los 5 años- cambió su bastón blanco por un perro guía.
Según cuenta, este cambio lo ayudó a adquirir una mayor autonomía. "Tengo más independencia para trasladarme y mayor seguridad al momento de desplazarme por cualquier superficie", asegura.
Anteriormente Iván tenía que estar mucho más pendiente de los posibles obstáculos que podía chocarse al transitar por nuestras veredas, pero con la compañía del perro guía va más despreocupado. De hecho, al perro le costó un poco la adaptación por la falta de higiene en las calles y veredas de la ciudad.
Esta posibilidad que hoy tiene Iván fue facilitada por el Club de Leones de Junín, la única organización del país que ha patrocinado y financiado la obtención de un perro guía, entregado por "Leader Dogs for the Blind", una institución de Michigan, Estados Unidos, para un joven no vidente de la ciudad.

El perro guía

El Club de Leones recuerda que el perro guía no es una mascota ni un animal de exhibición, por lo tanto el trato para con dicho animal tiene sus particularidades.
Si tiene el arnés puesto quiere decir que está "trabajando", en consecuencia no se debe tocarlo ni acariciarlo en ese momento. Aunque parezca antipático, ignorarlo ayuda a que él cumpla con su tarea.
Un acto tan amable como ofrecerle alimento o una golosina puede ser contraproducente para su rutina, que tiene prefijados horarios y lugares para comer.
Es prudente que los dueños de mascotas que se crucen con un perro guía, controlen a sus animales para evitar accidentes.
Es esencial no tocar nunca el arnés, pues solamente es para el dueño.
Dentro de las convenciones establecidas, si un ciego con perro guía solicita ayuda, la persona que acude a su auxilio debe acercarse por el lado derecho, de modo que el perro quede del izquierdo. Una vez que esté todo listo, será la persona ciega quien ordenará al perro o se tomará del codo izquierdo de quien lo está socorriendo.
El perro guía está habituado a viajar en todos los medios de transportes echado a los pies de su compañero ciego sin causar molestias a los pasajeros, tanto en distancias cortas como largas. En virtud de su riguroso entrenamiento, está habituado y capacitado para acceder y permanecer en todo tipo de establecimientos -de salud, comerciales, restaurantes, supermercados, cines, teatros, centros de estudio o trabajo- sin causar alteraciones al normal funcionamiento de los mismos, ni molestias al personal o al público.
En el lugar de trabajo, el usuario del perro guía se encuentra capacitado para ejercer sus funciones con el animal a su lado.

Colaborar con la
persona ciega


Asimismo, desde el Club de Leones consideran conveniente enfatizar los consejos que toda la ciudadanía debe tener en cuenta a la hora de relacionarse correctamente con una persona ciega.
Para acompañar a un no vidente no se debe tomarlo por el brazo ni empujarlo, solamente hay que dejar que él tome el brazo de la persona que lo guía y seguirá medio metro detrás para anticipar obstáculos.
Al bajar o subir una escalera, es preferible que la persona ciega lo haga tomada de la baranda.
Cuando se le indica una dirección es importante darle explicaciones claras en cuanto al sentido que debe seguir o girar para ubicar el sitio al cual se dirige, y aclarar si se está refiriendo, por ejemplo, a la derecha de uno o a la de él.
Para subirse a un colectivo es suficiente con poner su mano en el pasamano para que él se pueda subir y así evitar accidentes.
Es clave que en un lugar que transite una persona ciega no haya puertas entreabiertas -tienen que estar abiertas o cerradas- o juguetes en el piso. También, advertirlo acerca de las mesas ratonas o de café.
Cuando un no vidente entra en una casa se debe indicarle dónde está el baño, alacenas, ventanas, tomacorrientes e interruptores.
Al llegar a un lugar donde haya una persona ciega, se debe saludarlo, presentarse y también presentar a los acompañantes, incluyendo los niños. A la hora de retirarse, es imperioso avisarle, así no queda hablando solo.

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