OPINIÓN

La inflación no afloja y los brotes verdes no aparecen

Con los datos oficiales de la inflación que cierran el primer trimestre del año, queda claro que el aumento de los precios sigue siendo un problema sin resolver para la gestión de Mauricio Macri. En efecto, la variación Índice de Precios al Consumidor del 2,4% en marzo significó un aumento acumulado durante los primeros tres meses del año del 6,4%, lo que en términos anualizados equivale a una inflación del 28,2%, muy lejos de la banda objetivo (12/17%) perseguida por el Banco Central en su programa monetario 2017 y sin dudas muy lejos también de los argumentos oficialistas en las mesas paritarias. De hecho, por primera vez desde noviembre pasado, el presidente del BCRA, Federico Sturzenegger, decidió incrementar este martes en 150 puntos básicos la tasa de política monetaria, que de esta forma pasó del 24,75% a un 26,25%. Maniobra que apunta directamente a combatir la inflación mediante el incremento del costo del dinero, incentivando el ahorro por sobre el consumo. Claramente, el desvelo del BCRA por la inflación vía política monetaria tiene como contracara visible el deterioro no solo del consumo, sino también de la inversión y la actividad económica.
En este sentido, la lucha entre el Ministerio de Economía y el BCRA la sigue ganando Sturzenegger aunque le hayan cambiado de sparring (antes Prat Gay, ahora Dujovne) y en rigor de verdad, la lucha contra la inflación prevalece sobre los deseados “brotes verdes”.
En sentido amplio, la economía argentina va a atravesar por aguas complicadas durante este año. Por un lado, la idea del ajuste constante y el deterioro del bolsillo de los argentinos parece no ser negociable aún en un año electoral. Por el otro, la estrategia selectiva de sectores ganadores en la economía resulta una apuesta muy riesgosa para el gobierno, que juega sus fichas al salvataje que le pudiera proporcionar la obra pública y parte del sector agropecuario (sin dudas las economías regionales quedan afuera). En efecto, el derrame sobre el resto de las actividades económicas y el empleo es lento y nunca lineal, más aún cuando se incorpora el factor climático y los precios internacionales como variables exógenas.  Cualquiera sea el caso, las decisiones de política económica de Mauricio Macri van a testear la paciencia de la ciudadanía que ya no se va a dejar anestesiar por el relato de la grieta y reclama cada vez más enérgicamente el cumplimiento de las promesas de campaña.

(*) Economista y concejal por Junín para la Victoria. 
 

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