A pesar del que la distancia que los separa del centro de la ciudad es de menos de 20 cuadras, los vecinos del barrio Almirante Brown vieron cómo en los últimos años fue disminuyendo su calidad de vida por la ausencia del Estado.
Así lo resume el actual presidente de la sociedad de fomento, Julio Míguenz: “Este es un barrio muy pero muy olvidado, en más de doce años no se recibieron obras acá, más allá de alguna cuadra de cloaca”.
En ese marco, el arreglo de calles, las mejoras en el alumbrado público, la extensión del gas natural y el mantenimiento general son las prioridades para los residentes.
Estado de las calles
Míguenz sostiene que el principal problema de este vecindario delimitado por la Ruta Nacional 188 y las calles Alberdi, Intendente de la Sota y Chile, es el de las calles en los días de lluvia: “Ya hemos hablado de estos en Obras Públicas y comenzaron a hacer algunos arreglos. El tema es que el agua corre y se lleva la tierra, que se acumula en Alberdi tapando las bocas de tormenta. Ahora se está haciendo un trabajo, se echaron camionadas de tierra y, una vez que se asiente, se seguirá poniendo más”.
Es que en algunos sectores hay desniveles de hasta 80 centímetros de la vereda a la calle. “En esto también tenemos que pedir la colaboración de los vecinos –agrega Miguenz– porque a veces pasa la máquina y atrás desagotan el agua de las piletas y eso ocasiona que se rompa la calle que fue recién arreglada”.
En cuanto a la posibilidad de que se extienda el cordón cuneta, el dirigente fomentista comenta que, en una reunión con el Intendente, éste le dijo que, en el marco del proyecto del Cuadrante Noroeste, alguna obra iban “a ligar”, pero no pudieron confirmar cuáles.
Alumbrado
En referencia al alumbrado público, aseveran que “está muy destruido”.
Por tal motivo, se solicitó un programa de recambio de luminarias, aunque el problema es mucho más profundo, de acuerdo a lo que explica Míguenz: “Tenemos muchas luces que se están rompiendo y cayendo por el deterioro de los postes. Cuando se quiebra un palo, se lo llevan y no vuelven a instalar luminarias, entonces, en lugar de tener tres lámparas en algunos sectores, tenemos dos o una. Hay muchos palos vencidos, que están por caerse, atados con alambres, que están sostenidos o apoyados en otros, farolas que están muy bajas y los camiones las arrancan cuando pasan, y también el tendido de cables en general, que está muy deteriorado”.
Gas natural
“Nos engañan como a una quinceañera”, grafica Míguenz en referencia al gas natural, un servicio prácticamente inexistente en este sector.
Es que en el año 2015 se hicieron reuniones, se confeccionaron planos, se presentó la documentación exigida pero hasta el año pasado toda esa información dormía en un cajón del Grupo Junín.
“Esperemos que en este año podamos hacer algunas cuadras de gas natural en nuestro barrio”, dice el fomentista.
Otros temas
Los lugareños advierten dificultades con la recolección de montículos porque, puesto que el camión que se realiza para esa tarea tiene una compactadora y hay algunos bultos que no puede levantar porque se rompería su sistema hidráulico. “Pedí que manden un camión con una pala para poder hacer ese trabajo”, comenta Míguenz.
Asimismo, enfatiza que otro “grave problema” en este sector es la gran cantidad de caballos sueltos que se ven en las calles y “se meten en un lado y en otro buscando qué comer”, lo que genera intranquilidad entre los residentes “porque hay muchos chicos jugando en las calles y pueden ser atropellados o resultar lastimados”.
Por último, la seguridad también es un tema de preocupación, como explica Míguenz: “Acá no somos diferentes a otros barrios, tenemos chicos que se portan bien y otros que no tanto; los patrulleros andan, pero con eso solo no alcanza. No hay tantos hechos delictivos, aunque sí hay ruidos, peleas, vienen de otros barrios y tiran tiros al aire, así que la situación es complicada”.<
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