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OSVALDO URDINOLA, UNO DE LOS EXCELENTES FOTOGRAFOS DE JUNIN

«La vida tiene color, no vivimos en blanco y negro»

Premios, exposiciones y el gusto del público le han construido una sólida reputación como profesional de la cámara, aunque él sostenga que «soy un simple aficionado».

La fotografía ha sido para mí un hobby que empecé de muy joven, cuando aún era soltero. Comencé a sacar fotos como un aficionado más».

«En algún momento se creó el Foto Club y me adherí. En esa época se hacían muchos concursos fotográficos y como era nuevo entré en la segunda categoría. En esa época todas eran fotos en blanco y negro, y en ese concurso inicial saque todos los premios: primero, segundo, tercero, primera mención. Rápidamente me ascendieron a primera categoría, donde ya estaban los fotógrafos importantes de esa época: Edgardo D’Anunzzio, Miquel, el ingeniero Calcañi, Arturo Pena...Es decir, hoy en día fotógrafos de muchos antecedentes. Pero después vinieron mis hijos y desde entonces fueron fotos familiares durante mucho tiempo, hasta que abandoné la fotografía como hobby».

Quien habla es Osvaldo Urdinola (68), flamante jubilado, ex docente pero fotógrafo nuevamente en actividad por convicción persistente. Alguno de sus trabajos integra la muestra itinerante actal sobre «Los barrios de mi ciudad».

De nuevo en carrera

Tras un largo período inactivo, Urdinola hace cinco años retomó la actividad en un curso de fotografía que dio D’Anunzzio. Y a partir de entonces participó en varios seminarios, cursos y cursillos.«Me armé un equipo mejor del rudimentario que tenía entonces, y comencé a participar de las actividades del Foto Club, ya con otra gente»

«He tenido la suerte -dice- de ganar algunos premios en los concursos que organiza la Municipalidad local. Cultura me invitó a exponer a principios de este año en una exposición conjunta: pinturas de Hermes Comuni, y fotografías con trabajos míos. Exceptuando los de mi primera época, obtuve un primer premio de la Sociedad Rural y en una edición anterior de ‘Los barrios de mi ciudad’, donde obtuve premios y menciones. Fuera de Junín he tenido premios de la Editorial Rosario, de esa ciudad y he presentado obras a nivel nacional donde no he tenido tanta suerte», confiesa.

Preferencias

Le preguntamos si prefiere la fotografía digital o la analógica.

«Yo sigo trabajando todavía con el rollo de negativo. Lamentablemente cuando me hice de un buen equipo analógico, se incrementó la fotografía digital», rezonga. «Hasta no hace mucho tiempo uno debía presentar los trabajos, muchas veces acompañados del negativo, si el jurado lo pedía. Pero al aparecer la fotografía digital, ya hay otro trabajo, de laboratorio, de computación, donde de alguna manera la foto se desvirtúa. Si bien es un trabajo creativo, en el postfotográfico uno puede ‘armar’ una fotografía. Se puede sacar una fotografía digital, a esa se la traspasa al sistema analógico y se puede presentar el negativo Pero esa foto pudo ser manipulada con el Photoshop», advierte. «Pero, qué se le va a hacer, en este momento es lo que viene».

Otros gustos

¿Color o blanco y negro?

«Color -responde- aunque en los inicios trabajé en blanco y negro. En aquella época no había el rollo color de la calidad que hay ahora. La vida tiene colores, no vivimos en blanco y negro, aunque ésta última también tiene sus méritos».

Se define como «un mero aficionado que reconoce que el referente mayor en Junín es Edgardo D’Anunzzio porque es un gran fotógrafo: él conoce todo».

Nueva pregunta: ¿Cómo elige el motivo de una foto?

«A veces la foto está y uno no se da cuenta», dice. «Me encantan las puertas viejas, las ventanes antiguas. Sobre ese tema, donde voy, busco. Pero también tengo un retrato de un amigo mío, sacado de vacaciones en una cabaña de San Martín de los Andes, donde no había luz eléctrica. Era el atardecer y le cae un golpe de luz hermoso. Me encantó y le saqué una foto. A veces se encuentra y a veces se busca, como decía», remata la charla.

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