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SOCIEDAD

¿Quién le pone el cascabel al perro en Junín?

La lista de damnificados por accidentes y mordeduras provocadas por canes en la calle sigue creciendo. DEMOCRACIA presenta dos nuevos casos y analiza la situación con una especialista en el tema.

Por SebastiAn Martino

Hay un tema que desde hace tiempo está instalado en la sociedad juninense y es el de la gran cantidad de perros abandonados que se encuentran en distintos lugares de la ciudad, y los inconvenientes que esta situación provoca. Las principales consecuencias no deseadas derivadas de este escenario tienen que ver con accidentes, mordeduras y problemas sanitarios.
A esta altura, éste es un rompecabezas que requiere del trabajo conjunto de diferentes actores sociales para que se pueda encontrar una respuesta que dé solución a esta problemática.
En este contexto, la lista de ciudadanos afectados por este proceso sigue aumentando, y cada vez hay más heridos, víctimas de accidentes o mordeduras.

El caso de Carlos

Carlos Aballe, un jubilado juninense de 70 años, iba en su bicicleta por Sáenz Peña, entre 25 de Mayo y Carlos Pellegrini. Eran apro-ximadamente las 10 de la mañana cuando se cruzó con un grupo de perros. “Eran 5 ó 6 negros y uno color bayo, ése me encaró directamente -cuenta Carlos-, y era bastante grande. Yo no pensé que fuera a morderme, pero se me vino y me dio un tarascón terrible en la pantorrilla”.
Luego del encontronazo, logró mantener el equilibrio de su rodado y siguió hasta el comercio de su hijo, en donde pudo ver que tenía mucha sangre, entonces lo llevaron al Hospital Abraham Piñeyro. Allí le dijeron que las heridas por mordeduras no se cosen, por lo que le realizaron las curaciones correspondientes, le dieron las vacunas necesarias y en poco tiempo fue dado de alta. A los cuatro días volvió a la guardia porque le dolía la herida: “Resulta que estaba infectada, así que tuve que hacer reposo y terminó siendo muy complicada la cosa”.
Frente a la gravedad de la situación, Aballe hizo el reclamo correspondiente: “Mi señora fue a la Municipalidad a hacer la denuncia y al otro día me llamaron de Inspección General y me dijeron que iban a retirar los perros del lugar. También me preguntaron qué gastos me había ocasionado este inconveniente, pero a mí no me importa el dinero, yo lo que digo es que se saquen los perros de ahí porque como me tocó a mí, le puede pasar a otro, y si agarran a un chico lo desfiguran”.

El caso de Gladis

Gladis Calvi caminaba por Intendente Borchex, rumbo a la casa de su hija, cuando escuchó que en la vereda de enfrente, a la altura de la Escuela Media Nº 7 (ex Comercial), un perro ladraba. El animal cruzó la calle y comenzó a seguirla. “Era un perro grande, negro -refiere Gladis- y no había nadie en la calle. Yo seguía caminando despacito porque pensaba que si me apuraba quizás se me abalanzaba”.
Cuando esta abuela de 78 años llegó a la intersección con Saavedra, el perro la embistió, se le metió entre las piernas y esto provocó su caída. “Cuando quise acordar yo ya estaba en el suelo”, explica. Afortunadamente, en ese mismo instante pasaban por el lugar un muchacho y una señora que alcanzaron a espantar al animal y socorrer a Gladis.
“Yo no quise que llamaran a la ambulancia porque mi sobrina vive cerca -relata Calvi-, entonces me acompañaron hasta su casa. La verdad es que no me dolía nada, pero al rato empecé a sentir que se me hinchaba y que me dolía la muñeca izquierda. También tenía mucho dolor en la pierna. Esa misma noche mi hija me llevó al Hospital y resulta que tengo fracturada la muñeca”.
Con un yeso desde su mano hasta el codo, Gladis recalca que ese mismo perro sigue estando en la zona. Su hija interviene en la charla para agregar que en la esquina de Primera Junta y Pellegrini también hay tres perros que no dejan pasar a la gente por el lugar.

Palabra autorizada

Presentado el panorama, DEMOCRACIA consultó a la doctora Luciana Gómez Panizza, una referente tradicional de la Sociedad Protectora de Animales, para saber cuál es la dimensión y la gravedad que ella le adjudica a esta cuestión, y qué posibles medidas se pueden adoptar para remediarla.
Gómez Panizza señala que “los animales abandonados y el riesgo para la gente por accidentes de bicicletas o motos, o las mismas morde-duras, para nosotros es un problema muy serio. Entendemos la situación y estamos totalmente consustan-ciados con los vecinos que reclaman por esos animales abandonados, pero no está solamente en nuestras manos la posibilidad de resolverlo, porque tenemos recursos escasísimos, muchísimos animales a nuestro cuidado en el refugio, en Zoonosis o en domicilios particulares. Es un problema social que debemos solucionar entre todos. Entiendo que el Municipio solo no puede, la Sociedad Protectora tampoco, entonces se trata de que trabajemos todos, junto con los medios de comunicación, las instituciones, los colegios profesionales, para que, entre todos, podamos avanzar y ayudar a resolver este problema que es muy serio, que conlleva riesgo para las personas y para los animales”.
En cuanto a los orígenes del conflicto, la proteccionista entiende que son los propios habitantes de Junín los que abandonan las mascotas en la calle, aunque aclara que “también se traen de otros lados: yo he tenido datos precisos y se los he pasado a las autoridades, sobre abandono de perros provenientes de localidades vecinas, que los traen en camiones o camionetas y los dejan en la ciudad”.
A la hora de plantear los caminos a seguir, Gómez Panizza propone “hacer una campaña rigurosísima en todos los medios, como se hace para otros temas como por ejemplo el tránsito, que enfatice la importancia de la castración y la adopción”.
La esterilización quirúrgica es una práctica fundamental para evitar que el número de perros callejeros crezca exponencialmente. “La reproducción de una perra y su descendencia en 7 años superan los 5.000 animales -ejemplifica Gómez Panizza-, nosotros castrando un animal evitamos esa reproducción tan numerosa. Entendemos que la castración es el único método ético para controlar la población animal. Pero no puede ser algo aislado: para lograr un objetivo razonable a mediano plazo, Junín debería castrar como mínimo 13 animales diarios”.
La otra parte de la iniciativa es la que incluye un programa de adopción de animales domésticos. En este sentido, Gómez Panizza recuerda que “hay una ordenanza en relación a campañas de adopción muy importante, que entendemos que debería instrumentarse y ponerse en funcionamiento, porque la gente adopta, aunque nunca se adopta en la misma cantidad que se abandona”.
Evidentemente, hay más coincidencias que disidencias entre quienes conocen del tema. Como ya se ha informado oportunamente en este medio, desde otros sectores vinculados con esta materia, como el Colegio de Veterinarios de la Provincia, también se propone a la castración como método de control poblacional y la tenencia responsable de animales como criterio de contención y, específicamente, como política pública para “sacar” animales de la calle.

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