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DIPUTADA BONAERENSE POR CAMBIEMOS

Laura Ricchini: "Los vecinos aún se sorprenden cuando nos ven en las calles"

La legisladora juninense destacó, en una entrevista con TeleJunín, un cambio en el estilo de gobierno de Cambiemos con respecto a gestiones anteriores. Se mostró conforme con las obras asignadas a Junín en 2017.

Por estos días se nota mucha actividad en la Legislatura bonaerense, porque está en plena discusión del Presupuesto para el año próximo. ¿Está conforme con las partidas asignadas para obras en Junín?
-Estamos muy satisfechos con las obras previstas para la Ciudad. Recién se presentó un boceto inicial del Presupuesto, y hay mucho trabajo por hacer en las correspondientes comisiones de la Cámara, pero ya empezamos a vislumbrar que muchas de las cuestiones que teníamos previstas se están plasmando.
Hemos recibido respuestas por parte de nuestra gobernadora, María Eugenia Vidal, y el año que viene vamos a tener obras muy importantes en Junín, entre ellas, el reacondicionamiento de nuestro hospital.
Hace muchos años que necesitamos que el hospital mejore su infraestructura. También se va a invertir en la construcción del Centro de Monitoreo, para brindar mayor seguridad a nuestros ciudadanos, gracias a los fondos aportados por la Provincia.
Otras obras fundamentales serán la pavimentación del Camino del Balneario y la Avenida Circunvalación, otros reclamos históricos, que se veían incluidos en el Presupuesto todos los años, pero que nunca se concretaron.
Ya hay partidas presupuestarias de recursos para que en el futuro próximo esos proyectos sean realidad. Nos reconforta ver que nuestras demandas son atendidas por las autoridades de la Provincia.

-Uno de los problemas más comunes en estos casos es que muchas veces lo presupuestado no se termina ejecutando. ¿Cree que será diferente esta vez?
-No tenemos dudas. Tanto el presidente Mauricio Macri como la gobernadora Vidal han demostrado siempre con ejemplos que las obras que empiezan se terminan.
Sabemos que ha habido algunos retrasos este año, pero siempre hay que recordar que hubo que trabajar en el contexto de una emergencia administrativa.
También se está trabajando en una nueva ley de obra pública, porque nos hemos encontrado con casos en los que el tiempo que transcurría entre las licitaciones y el comienzo de las obras era muchísimo.
Confiamos plenamente en que esta situación cambiará y que a partir del año que viene las obras que se aprueben van a avanzar con mayor velocidad.

-Entre las obras prometidas, sin embargo, no figuran la repavimentación del aeródromo, ni el paso a nivel de la calle Rivadavia, ambas demandas que datan de largos años. ¿Se podrán hacer en algún momento?
-Con el intendente Pablo Petrecca nos comprometimos a golpear todas las puertas que existan para lograr que esas obras puntuales sean incluidas en algún momento.
 No vamos a bajar los brazos y buscaremos todas las alternativas posibles.
Puede que la repavimentación de la pista del aeródromo no se realice con fondos aportados por la Provincia, sino que puede recurrirse a la colaboración de otros actores, por ejemplo, el Estado nacional.
No queremos cerrarnos al Presupuesto provincial. El aeródromo es una gran necesidad, porque es clave para realizar operativos sanitarios, sobre todo con ablaciones de órganos.
Estamos ilusionados en que antes de que finalice nuestra gestión podamos concretarlo.

-El delito y la inseguridad son temas calientes, en permanente discusión. ¿Cuál es la situación actual tanto en Junín como en la Provincia?
-Sabemos que es una realidad que golpea a todos los vecinos. Hay que asumirlo y nosotros lo hacemos. Hay una firme de decisión de nuestra gobernadora de combatir los principales problemas que terminan favoreciendo el aumento del delito, como la pobreza, la exclusión o la falta de educación.
El hecho de que la propia María Eugenia Vidal haya sido cobardemente amenazada tantas veces, muestra que hay una voluntad política muy clara de desarticular las redes delictivas más peligrosas. Si hay amenazas es porque alguien está enojado, alguna caja se tocó, algún foco de corrupción se eliminó.
Todo esto lleva mucho tiempo, pero sabemos que vamos por el camino correcto. Hay que aclarar que valoramos a la gran mayoría de los efectivos de la Policía Bonaerense, que realmente tienen vocación de servicio a la comunidad, pero que durante mucho tiempo han sido dejados a un lado y desprovistos de los recursos mínimos e indispensables para hacer bien su trabajo.
Chalecos vencidos, armas que no funcionan, sueldos irrisorios. Son las personas que arriesgan su vida para cuidarnos, a nosotros, a nuestros hijos, padres y abuelos.

-¿Está conforme con la Policía local?
-Sí, sabemos que se está trabajando muy bien y que se están implementando cambios profundos.  Lo más importante es el contacto cercano que están manteniendo con los vecinos. Son cuestiones que exceden a algún distrito en particular. En realidad, afecta a todas las ciudades del país.
Estamos obligados a trabajar coordinadamente, cada vez más fuerte, entre todos los actores de la vida social. También con la Justicia.
En el caso de los jueces, ellos también deben comprender que son funcionarios públicos, igual que los legisladores o los intendentes, y es indispensable que contemos con información sobre la actividad judicial.
Hay que preguntarnos también qué pasa con las cárceles. ¿En qué estado están? ¿Están preparadas para resocializar a quienes delinquen? Hace poco tiempo estuve en el penal de Olmos y es imposible no salir conmovido de allí.
Es imposible pensar que un preso que ingresa a ese lugar pueda salir en condiciones de reintegrarse a la sociedad.
 Se necesita hacer un gran esfuerzo de parte del Estado por acompañar a los sectores más vulnerables, que puedan estar expuestos al acceso a las drogas y demás factores que acercan a la delincuencia.
Hay que ser realistas: no va a existir nunca la seguridad cero. Pero hay que replantear muchas cosas. Por lo pronto, es un indicador positivo.

-Una de las marcas registradas del discurso del Pro y ahora del gobierno de Cambiemos es el contacto directo con el vecino, por ejemplo, a través del timbreo. ¿Siguen teniendo tiempo de recorrer los barrios y dialogar con los ciudadanos ahora que ocupan el gobierno?
-Claro. Lo hacemos todo el tiempo. Mucho más en las jornadas de timbreos, porque están especialmente organizadas para eso, pero nunca dejamos de visitar los barrios, aun cuando sabemos que los funcionarios muchas veces tienen la agenda cargada con temas de gestión, lo cual es razonable, porque para eso han sido votados.

-¿Cuáles son las principales preocupaciones o reclamos que oyen cada vez que salen a las calles?
-Cuando comenzamos la gestión en enero veíamos una situación y ahora, casi once meses después, vemos otra. En los primeros meses, las frases que más veces escuchábamos eran "estamos olvidados" y "hace años que no viene ningún funcionario".
En las cuestiones más simples, la ausencia era el denominador común. Todavía sucede que muchos vecinos se sorprenden porque nos ven en las calles, dialogando con ellos.
Lo que tratamos de explicarles es, simplemente, que ese es nuestro trabajo. Lo más importante, es que se modificó esa percepción que tenía el vecino de que estaba solo.
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