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TENDENCIAS

En la crisis no se salvan ni los perros

A pesar de que la demanda de mascotas sigue aumentando, el escenario económico desfavorable afecta a los animales domésticos, algo que se ve reflejado en la compra de alimentos de menor calidad y en una baja en el consumo de servicios.

Los períodos de inestabilidad económica obligan a realizar una evaluación de cada gasto y poner en consideración cuáles son necesarios y cuáles son superfluos. Esto sucede en cualquier estructura, desde las grandes empresas hasta las familias.
Precisamente dentro de las organizaciones familiares, los efectos de las crisis los sufren todos sus integrantes, y esto incluye a las mascotas.
Si una persona cuando tiene dificultades económicas deja de realizar ciertas actividades y de consumir algunos servicios que no son de primera necesidad, es fácilmente imaginable que la mascota, como "un miembro más de la familia", también verá restringidos sus beneficios.
En el último año se pudo advertir que mucha gente optó por bajar la calidad del alimento que se le da a su animal doméstico, por una obvia razón de costos. Además, hay una merma en la cantidad de cortes de pelo y baños, al igual que en la venta de accesorios, como ropa, perfumes, juguetes y golosinas para mascotas.
A diferencia de lo que ocurre a nivel nacional (ver recuadro), se nota un crecimiento en la cantidad de mascotas en la ciudad, sin embargo, se da la paradoja que, al mismo tiempo, se van achicando los gastos que demanda su mantenimiento.

Más familias
con mascotas


"La sensación general es que cada vez hay más mascotas y la demanda va creciendo día a día", cuenta Jorge Ossola, prose-cretario del Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires.
En relación a la cantidad, el veterinario Ignacio Sarobe destaca: "Yo vendo animales hace 20 años y veo que la venta va creciendo. Inclusive hay un cambio notorio en la gente y hoy la persona que quiere un perro, busca uno de raza".
En cambio, su colega Alejandro Panet, que también comercializa animales, asegura que "obviamente que la demanda no es la misma que el año pasado porque cambió la situación. Se buscan otro tipo de mascotas, se han dejado las razas grandes y la mayoría de la gente que viene a preguntar busca razas chicas, como el Caniche por ejemplo, que es un animal que come poco, se lo puede disponer en un espacio reducido, lo pueden tener tanto grandes como chicos, y la manutención es menos costosa que una raza grande. Quizás el valor del animal a la hora de comprarlo puede ser algo mayor a otros, siempre de acuerdo a la raza que estemos hablando, pero el mantenimiento es más económico. Los Rottweiler, Doberman o Dogo ya se han dejado de vender, prácticamente no se piden".
Para los que no pueden pagar un animal de raza, está la opción de adoptar uno "de la calle". El veterinario Nicolás Pizzo explica que "si comprás un perro con papeles te sale 1500 pesos. El que quiere tener una mascota, un perro o un gato, puede adoptar uno de la calle, eso se nota mucho más ahora. La adopción de perros de pedigree sigue estando, pero las clases media bajas o bajas, que son la mayoría, cuando quieren un perro van a adoptar en la Sociedad Protectora de Animales, y se está haciendo cada vez más, por lo menos es lo que se nota en mi veterinaria".
En tal sentido, Ossola recalca que "aunque no se adoptan la cantidad que se necesitaría, son muchas. O sea que hay hogares con demanda de animales".
En definitiva, ya sea con o sin pedigree, puros o mestizos, comprados o adoptados, el requerimiento de mascotas no cesa. Aunque los gastos accesorios que comprende su mantenimiento sí sufrieron disminuciones.

Balanceados y
segundas marcas


La tenencia de un animal en la casa conlleva ciertos gastos que es necesario contemplar a la hora de decidir adoptar uno. "Una mascota por año te va a consumir alrededor de 2.000 pesos, contando vacunación, alimentos y las cuestiones básicas", estima Pizzo.
Así como una persona, al presentarse un escenario de incertidumbre económica, suele decidir seguir comprando los mismos productos, pero de segundas marcas, no es raro que suceda lo mismo con el alimento de las mascotas. Y, de hecho, es lo que está ocurriendo. "El que antes compraba un alimento súper premium -describe Ossola-, tal vez ahora no puede pagarlo y bajó a un nivel premium; el que consumía un premium cambió por a uno más económico, y este último fue al suelto".
En cuanto a los números, Panet detalla que "lo que mermó mucho en la venta es el alimento balanceado más caro, el súper premium, que bajó un 40 por ciento. No para las razas chicas, pero en los que se llevaban la bolsa de 22 kilos, ahí sí cayó la venta. En mi caso, yo lo fracciono y la gente que tiene perros chicos lo lleva".
Aunque la relación entre precio y calidad del alimento no necesariamente significa un ahorro, como lo expone Sarobe: "Yo como veterinario trato de inculcar a quienes me consultan que intenten comprar un buen alimento balanceado porque, al ser de buena calidad, implica menos cantidad, por lo que le sale económicamente más o menos lo mismo, pero con menos inconvenientes de hígado o de piel que son problemas que pueden generar los malos alimentos balanceados".

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y servicios


Indudablemente, en el último tiempo hubo un cambio muy significativo en cuanto a la atención que se le da a las mascotas, y gracias a ello han surgido nuevos oficios y actividades relacionadas con el mundo animal, como los pasea-dores, las peluquerías y la venta de distintos tipos de accesorios. Estos son los rubros que se vieron más afectados con los vaivenes económicos.
"En lo que sea cuidados extras, como baños, venta de ropa, perfumes, galletitas o accesorios, se nota una merma -ejemplifica Pizzo-. En cuanto a las consultas, para vacunas y desparasitación no hay baja. Digamos que la crisis nos afecta en la parte comercial de la veterinaria, lo que sería el pet shop".
Es por esta razón que Ossola afirma que la actividad "va decreciendo como lo hace el trabajo de cualquier otro servicio o negocio".
Por eso Panet concluye aclarando que "si tenés una urgencia vas a llevar al animal al veterinario, o si hay que operarlo lo vas a operar. En realidad, no se está trabajando como el año pasado, algo bajó, pero esta actividad no está ajena a la realidad de todo el país".

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