EL IMPACTO DEL NUEVO ESCENARIO ECONOMICO

Aseguran que los pedidos de ayuda social al Municipio bajaron en el último tiempo

A pesar de la crisis, la inscripción al nuevo plan provincial arrojó un saldo inferior al número de empadronados anteriormente.

Siempre se dice que las crisis golpean en forma más dura en las clases sociales más necesitadas. A juzgar por lo que sucede en Junín, parecería que tal afirmación no siempre se corresponde con la realidad o, si efectivamente fuera así, esos sectores afectados no recurrirían a la ayuda del Estado.
Este razonamiento está basado en que, a pesar del enorme desequilibrio económico que estalló el año pasado a nivel internacional, con sus respectivas secuelas en el ámbito nacional -mayores o menores según quién las analice, pero con consecuencias al fin-, la dirección de Bienestar Social del Gobierno Local informa que los pedidos de ayuda social han disminuido en los últimos meses.
Este análisis surge del reordenamiento del padrón de beneficiarios de los planes sociales. El Sistema de Ayuda Familia (SAF), que es el plan del Ministerio de Desarrollo de la provincia que está en ejecución actualmente va a ser cambiado en poco tiempo por el programa "Más Vida", y en el proceso de inscripción al nuevo sistema se anotaron menos familias que las que estaban en la lista del SAF.
Luciano Polo, titular del área de Bienestar Social del Municipio, cree que "esto significa que ha mejorado la calidad de vida de varias personas".

"Más Vida", menos inscriptos

Polo explica que la propuesta provincial es que en unos meses el SAF deje de existir, para ser reemplazado por otros programas, como el "Más Vida", cuyo período de inscripción ya comenzó. "Para el plan se anotaron 1.250 personas, y en unos 15 días vamos a hacer la presentación de este listado", cuenta el funcionario.
A diferencia del SAF, en donde se da una bolsa de comida, este sistema consiste en la entrega de la Tarjeta Alimentos, que es una tarjeta de débito otorgada por el Banco de la Provincia de Buenos Aires, con un saldo mensual de 100 pesos para comprar solamente productos de alimentación.
Teniendo en cuenta que, en base a estudios preliminares y de acuerdo a la población de la ciudad, desde la provincia se pusieron a disposición 2.000 tarjetas para ser entregadas en Junín, el número de solicitantes fue bastante menor al calculado.
"Nosotros hicimos un relevamiento muy exhaustivo y llegamos a esa cantidad de solicitudes, no obstante, cada dos meses vamos a ir dando nuevas altas para quien lo vaya necesitando", informa Polo.
Además, el funcionario comunica que "hace unas dos semanas pusimos en funcionamiento el plan de Derecho Garantizado de la Niñez, en donde se realizaron 1.170 inscripciones".
Este sistema también comprende la entrega de una tarjeta de débito, que es la Tarjeta Niñez, con la que las madres podrán adquirir, además de alimentos, otros artículos de necesidad para sus hijos, como medicamentos, vestimentas y artículos escolares.
Ambas tarjetas tienen ciertas restricciones que abarcan la prohibición de comprar ciertos productos como bebidas alcohólicas o cigarrillos. La cantidad de empadronados en el programa Más Vida sumado al número de inscriptos en el de Derecho Garantizado de la Niñez da un conjunto de 2.420 favorecidos por ambos planes sociales, "esto quiere decir que ha bajado en relación a los 3.100 que estábamos asistiendo a través del SAF", recalca Polo, y agrega: "Para nosotros esto significa que ha mejorado la calidad de vida de varias personas que antes solicitaban la ayuda social. Nosotros a través de relevamientos y censos que estuvimos haciendo, nos dimos cuenta de que hay personas que fueron dadas de baja del SAF porque han crecido sus ingresos o se han incorporado al mercado laboral, ya que si una persona obtiene su CUIL, automáticamente se la da de baja del plan".

Más ayuda y menos trabajo

Según se calcula en Bienestar Social, los 3.100 beneficiarios titulares del SAF se correspondían con una ayuda social que, sumando sus grupos familiares, alcanzaría a unas 10.000 personas. Es decir que un 10 por ciento de la población recibía algún tipo de asistencia estatal. Polo estima que "a partir de estos programas se está bajando ese porcentaje".
Esto tiene que ver, según su análisis, con que "la ciudad no está tan mal en cuanto a la pobreza, yo lo corroboro todos los días. Junín no escapa a la realidad, pero yo no noto tanto problema como en otros lados".
Una de las cuestiones centrales tiene que ver con la gente que tiene muchas necesidades y su situación de vulnerabilidad es tal, que ni siquiera se acercan al Municipio a solicitar ayuda. A esas personas se las detecta a través de las asistentes sociales que trabajan en los barrios. Gracias a esa tarea hay otros 300 beneficiarios a los que se les brinda asistencia estatal, que fueron localizados por la acción del propio Estado.
Si bien Polo sostiene que no se vio reflejada la crisis en cuanto a los niveles de pobreza, donde sí advierte un déficit es en la cuestión del empleo: "Se está notando mayor demanda en el tema laboral, porque se advierte un incremento de gente que viene a pedir trabajo o a alcanzar un currículum. Lo que faltaría es tener algún programa que le dé la posibilidad a la gente de hacer algún tipo de micro emprendimiento u otra iniciativa".