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EN UN JUICIO POR JURADOS REALIZADO AYER EN JUNÍN

Fue declarado culpable de homicidio simple el acusado de matar a Ferreyra

Diez de los doce ciudadanos elegidos para dar el veredicto del caso entendieron que Oscar Muñoz tuvo intención de asesinar al joven.

Diez de los doce ciudadanos que fueron seleccionados para intervenir en el segundo juicio por jurados realizado en Junín declararon culpable  a Oscar Alberto Muñoz del delito de homicidio simple, por un hecho ocurrido en julio de 2015 que tuvo como víctima a Emanuel Ferreyra, de 20 años.
Con ese dictamen concluyó, pasadas las 19.30, el pleito oral y público que se había iniciado en las primeras horas de la mañana y que se desarrolló en el sexto piso de tribunales.
Ahora será el Tribunal Oral en lo Criminal Nº1 el que deberá específicar el volumen de la pena que deberá cumplir el criminal.
Según adelantó el juez Esteban Melilli -uno de los miembros de ese cuerpo de magistrados-, pasado mañana se dará a conocer la fecha de la sentencia.
Para este tipo de casos, el Código Penal argentino establece penas que van de los ocho a los veinticinco años.

Dos posiciones bien definidas
El juicio mostró dos posiciones bien definidas: por un lado, el fiscal que llevó adelante la investigación, Sergio Terrón, y el abogado de la familia de la víctima, Juan Carlos Petreli, llegaron a la audiencia con la firme pretensión de demostrar que en la muerte de Ferreyra había existido intención por parte del imputado y que por ello no cabía otra alternativa que juzgar a Muñoz como responsable de homicidio simple.
Parados en sentido contrario surgieron los defensores del acusado, Carlos Torrens y Federico Matropierro, quienes plantearon que Muñoz tenía que ser absuelto por haber actuado en legítima defensa o, subsidiariamente, condenado por exceso en la legítima defensa o -como última carta- por homicidio preterintencional, lo cual significa que una persona quiere causar un daño a otra pero no tiene intención de asesinarla.
Pasadas las 11 empezó el desfile de testigos, entre ellos dos policías que llegaron en el momento en que Muñoz estaba castigando a Ferreyra, a pocos metros de Rivadavia y Battilana; Esteban "Pelotín" Moreyra, amigo de Ferreyra y acusado de haberle roto la puerta de la casa a Muñoz, junto con Ferreyra, en los momentos previos a lo que fue el enfrentamiento que terminó con la muerte de Ferreyra.
También dieron su testimonio algunos vecinos de Muñoz, peritos y allegados de ambas partes, relatos que sirvieron para que tanto desde el sector acusatorio como la defensa elaboraran sus alegatos.
Antes de ellos había dado su versión de los acontecimientos el propio Muñoz, quien proclamó su inocencia y dijo que el desenlace de la historia fue algo desgraciado, que él nunca buscó.

Los alegatos
El primero en alegar fue Petreli, quien sostuvo que "no puede haber exceso en la legítima defensa porque no hubo legítima defensa", desestimando de ese modo una de las pretensiones de Torrens y Mastropierro.
También se opuso a la variante del homicidio preterintencional, porque en este caso "la agresión fue con el caño de un revolver que pesaba dos kilos".
"Muñoz se extralimitó, tenía conocimiento de lo que podía hacer y no se frenó", agregó.
A continuación, el fiscal Terrón observó que "hubo contradicciones en el relato de Muñoz que reflejan la falsedad de sus dichos", para luego marcar que "la muerte se ocasionó por el golpe efectuado por Muñoz y eso no puede ser discutido".
 Por su parte, Torrens sostuvo que se trató de "un hecho más de inseguridad".
"La puerta de la casa del acusado estaba violentada y el fiscal debió haber probado que eso estaba así desde antes de existir la pelea. En el homicidio simple, lo que hay que probar es que una persona mató y que hubo una intención de matar, y acá no la hubo", señaló el letrado.

El veredicto
Terminados los alegatos, los doce jurados se tomaron unos veinte minutos para deliberar y minutos antes de las siete y media de la tarde retornaron a la sala de audiencias con una decisión tomada. Para que Muñoz fuera declarado culpable -ya fuere de homicidio simple, de homocidio por exceso en la legítima defensa o por homicidio preterintencional- se necesitaban al menos diez votos que lo considerasen de ese modo. Y ese fue justamente el número al que arribó el jurado, que terminó ajustándose a lo que promovía el fiscal.
La decisión generó una descarga de emoción en los familiares de Ferreyra, quienes estuvieron presentes en toda la audiencia y esperaban expectantes que los jurados fallaran como pretendían el fiscal Sergio Terrón y el abogado Juan Carlos Petreli.

La causa
En su momento, fuentes policiales y judiciales indicaron que el hecho que desencadenó las heridas mortales en Ferreyra se registró a principios de julio de 2015, cuando este, acompañado por otro sujeto, se dirigió a una casa ubicada en la zona de Battilana y Rivadavia, donde vivía un individuo de entre 25 y 30 años, con quien protagonizaron un enfrentamiento en la puerta de la vivienda.
Al parecer, el sujeto habría exhibido un arma y eso provocó que Ferreyra y su compañero salieran corriendo del lugar, pero a los pocos metros el hombre alcanzó a Ferreyra y le habría aplicado varios culatazos en la cabeza y en uno de sus ojos, lo que le originó al agredido la pérdida de la masa de ese órgano visual. El otro protagonista de la historia logró escapar.
La feroz pelea terminó con Ferreyra debiendo ser asistido de inmediato y trasladado a un centro de asistencia médica privado, mientras que el agresor fue aprehendido y se le tomó declaración en el marco de una causa caratulada como “lesiones graves”.
Luego, con el crimen consumado, el caso fue recaratulado como “homicidio”.
Allegados al caso indicaron que el móvil que provocó el violento incidente no está claro. “Primero se siguió la pista del robo, que no está del todo descartada, y también se está siguiendo la línea del ajuste de cuentas. Incluso, existen posibilidades de que en el asunto esté presente el tema de la droga”, señaló un funcionario policial en diálogo con este medio.

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