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DÍA DEL PELUQUERO

Cuidado del cabello y mucho más, tanto para la mujer como para el hombre

Un oficio que ha avanzado a través del tiempo, desde la antigüedad -cuando solo era para los nobles- hasta la actualidad, donde todos pueden ir a la peluquería y disfrutar de lo que muchas veces se ha transformado en centro de belleza.

Hoy, 25 de agosto, se celebra el Día del Peluquero. Es un oficio que data de varios siglos y la fecha en que se festeja es internacional.
Antes era ejercido solo para la nobleza, que en el siglo XIII utilizaba en Europa -sobre todo en Francia- grandes pelucas. En esa época el peluquero era varón y se encargaba de mantener las pelucas, no el cabello natural.
La fecha elegida es el día en que se santificó al rey Luis IX de Francia, quien durante su gobierno, entre 1261 a 1270, jerarquizó a su peluquera a quien declaró hombre libre. Así, el peluquero del rey pasó de ser plebeyo a estar a la altura de los caballeros, jueces, médicos y magistrados.
En los siglos siguientes hubo barberos y peinadores que se encargaban de afeitar, teñir, peinar y arreglar las uñas de los varones. Estaba prohibido que un peluquero arreglara a una mujer. Si esto ocurría, la mujer recibía un castigo.

Argentina
En el país se celebró el Día del Peluquero por primera vez en 1877, año en que se creó la Sociedad de Barberos y Peluqueros.
Algunas peluquerías se han transformado en centros de belleza. No solamente se dedican a cortar, teñir y peinar, sino también a afeitar, hacer masajes, lavado, depilación (con cera caliente, cera fría y láser), maquillajes, prótesis capilar, bronceados personalizados, pintura de cabello, estética y a veces también venta de productos de belleza (tinte y afines).
Desde un comienzo en las peluquerías solo cortaban el pelo y afeitado a los hombres. Existían en pocos casos las dedicadas a las mujeres. En la actualidad en su mayoría las peluquerías son unisex, donde hacen el corte y peinado de cabello tanto a hombres como a las mujeres. Hoy día, en los salones de peluquería, el barbero y demás trabajadores efectúan entre otras las siguientes actividades: lavado de cabeza; tratamiento sobre el cabello con champús, lociones o fijadores; secado de cabello con secador de mano o de casco; peinado de acuerdo al estilo solicitado por el cliente, con el uso de peines y cepillos; modelado del cabello con tenacillas, pinzas, rulos y secadores; teñido de cabello, corte de cabello mediante el empleo de varios tipos de tijeras, maquinilla eléctrica o navaja.

En la antigüedad
En la antigüedad, en relación al arreglado del cabello de las damas, el Concilio de 1605 prohibió a los hombres hacer ese trabajo a las mujeres. Asimismo, condenaba a las mujeres que transgredieran esta prohibición. Sin embargo, con antelación al reinado de Luis XIV, existieron unos cuantos peluqueros que se destacaban como artistas y las mujeres los visitaban para arreglarse el cabello. Con el tiempo, al crecer la población, se constituyó -según edicto de 1649- la corporación de barberos, bañistas y peluqueros de París. Desde la antigüedad, en países como Egipto y Grecia, los barberos eran personas muy distinguidas y respetadas. En el Imperio Romano la influencia de los griegos en el cuidado del cabello despertó interés en las autoridades, con la moda de los barberos y las barberías. Podría afirmarse que la mayor trascendencia de la barbería proviene desde las cortes antiguas, así como de la necesidad del hombre de arreglarse su cabello y su barba. Por tales motivos, se convirtió en uno de los oficios desde tiempos inmemoriales. Lo que comenzó como un oficio, luego del tiempo se convirtió en una profesión con estudios sobre la materia de la belleza y sus derivados.

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