MARKETING APLICADO

El exhibicionista

Perversión e ineficiencia comercial.

Por estos días, las redes sociales nos entregan la posibilidad de transformarnos en creadores de sentido, hoy somos todos emisores y cada vez quedan menos receptores dispuestos a recibir un mensaje. “Vivimos atormentados de sentido, en tiempos donde nadie escucha a nadie y todos contra todos”, tal como dice Rodolfo. Una situación que, en el mundo de los negocios, se presenta como amenaza u oportunidad dependiendo cómo se administre.
Por estos tiempos la comunicación corre el riesgo de mutar a una ecuación, a una cuestión meramente numérica en términos de “llegada” a una determinada cantidad de personas. El punto es que, una vez que alcanzamos a esa gente, es decir una vez que vieron lo que tenemos para mostrar deben verse atraídos por nuestra propuesta. Una oferta que previamente debe ser configurada en términos estéticos y funcionales.
La lógica comercial exhibicionista no contempla vínculo, aceptación o deseo mutuo sino el acto egoísta de mostrar. Me refiero a comercios o empresas que, enterados de que pueden invertir dinero en redes para llegar a una mayor cantidad de personas, olvidan construir su mensaje, o peor aún no desarrollan el producto orientado hacia el público al que se dirigen. El placer está en la estadística: “llegamos a tres mil personas, conseguimos mil quinientos clicks y doscientos me gusta”.
En este contexto surgen casos como los que me tocó hace pocos días. Un grupo de desarrollistas que, conscientes de que debían llegar a mucha gente para vender departamentos en Capital Federal, hicieron una importante inversión y lo lograron. Su mensaje fue “visto” pero no obtuvieron consulta alguna. Aquí está la lógica comercial del exhibicionista, esa que sostiene el placer, la “tilde” de visto o leído. En el medio, surgen propuestas que retroalimentan la situación como si el marketing o la publicidad se redujera a esta situación complementaria.
Para mí, el placer es la venta o aceptación de esa propuesta y cedo miles de “likes” o visualizaciones en post de una consulta real y concreta. Debemos poner el foco en lo que sucede cuando nos ven, ahí está la dificultad.
Prefiero llegar a una menor cantidad de personas pero establecer un diálogo, un vínculo cercano, esa relación entre la oferta y la demanda: se llama resultados. Si de ecuaciones hablamos, debemos combinar un mix entre cantidad y calidad. El mismo esfuerzo para pensar el producto, desarrollarlo y comunicarlo. De otro modo estaremos frente a un trastorno comercial exhibicionista donde lo más importante es mostrar algo, ser visto y cuando se abre el piloto no hay nada, un mensaje sin alma y eso, a corto, mediano o largo plazo no vende, no tiene corazón, no late e indefectiblemente se muere en su locura.