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PREOCUPACIÓN E INCERTUDUMBRE EN LOS NEGOCIOS DE JUNÍN

La caída en las ventas y el "tarifazo" castigan con fuerza a los comerciantes

La gran mayoría de los rubros es afectada por una baja en la actividad de hasta el treinta por ciento, a lo que se suma la llegada de las primeras boletas de luz y de gas, con aumentos que no bajan del cien por ciento.

Cuanto menos, incómodos. De ese modo se sienten hoy cientos de comerciantes juninenses debido al bajón en las ventas y al incremento en los costos de mantenimiento de sus respectivos negocios.
Como dos latigazos simultáneos, ambos factores están generando un fuerte dolor de cabeza en todos los rubros y presentan un panorama de incertidumbre de cara a las próximas semanas.
En marzo se sintió muy fuerte el efecto “precios nuevos, salarios viejos” porque los trabajadores aún no habían cobrado los aumentos de las paritarias y se encontraron precios con alzas acentuadas en el mercado que no pudieron alcanzar. También los trabajadores independientes se ven afectados por una situación similar, ya que frente a la baja demanda, se encuentran limitados para aplicar ajustes en sus tarifas.
Edmundo Bocaccio, responsable de Paco el Loco, un comercio que tiene 86 años de vigencia y que ha salido indemne de al menos una decena de crisis monetarias, fue uno de los exponentes del sector que se refirió a la complicada situación actual. “Lo que más repercute es la suba de los impuestos, porque los precios de las mercaderías más o menos se mantienen. Las ventas han bajado y es lógico por el cambio de temporada, pero no nos engañemos porque el panorama está medio difícil”, afirmó Bocaccio ante la consulta de Democracia.
El experimentado vendedor continuó comentando que el bajón en las transacciones se viene notando desde principios de 2016, dado que “hasta el año pasado más o menos los niveles se mantenían mes a mes”.
En ese sentido, puntualizó: “Creo que las ventas de este mes en comparación con el anterior bajaron un treinta por ciento. Cotejarlo con otras temporadas es relativo porque al subir las mercaderías, el monto de recaudación por ventas puede ser mayor pero con menor cantidad de unidades comercializadas, así que no hay que engañarse en ese aspecto tampoco”.
Asimismo, resopla de alivio al acordarse de que todavía no sabe con qué cifras les llegarán las facturas de los servicios básicos: “Hasta ahora no nos han llegado las boletas de los impuestos, pero no tengas dudas que ese factor también va a repercutir en nuestra actividad. Uno los trata de absorber, pero cuando los incrementos son más grandes ya desde las propias fábricas te marcan el terreno entregándote la mercadería a precios más altos. Esto es muy sencillo: nosotros somos intermediarios entre el que elabora y el que compra. Nadie hace magia, pero tratamos de mantener los valores el mayor tiempo que se pueda. Aunque a veces no se puede”.   

“La luz me aumentó un cien por ciento”

Otro con miles de horas detrás del mostrador es Carlos Ceratto, titular de Campini y Catena, la histórica armería juninense que desde hace un par de años se expandió hacia el rubro regalería.
Pese a que trató de ser moderado en su análisis, Ceratto terminó concluyendo en que los días que corren están exigiendo al máximo la capacidad de inventiva de sus colegas, puesto que –explicó- “tampoco se puede continuar aplicando sucesivos incrementos en las góndolas porque el cliente se va, no lo puede afrontar”.
En referencia a lo que ocurre en la sección armería de su negocio, Ceratto sostuvo que “al que le gustan las armas es complicado que lo detenga la inflación, es comprador compulsivo”. “Vende el anillo, empeña el auto y hace lo que no tiene que hacer con tal de comprarse la herramienta para ir a tirar. De todos modos, es innegable que hay un bajón y es entendible que lo haya, porque cualquier unidad vale diez mil pesos y a eso hay que sumarles las balas, un estuche, una mira y así, una comprita se te va a veinte mil pesos”, describió.
En lo que hace a regalería, Ceratto comentó: “Yo hice una estadística muy casera y llegué a la conclusión de que cualquiera de nosotros tiene no menos de veinte compromisos anuales para hacer un regalo, de los cuales hay gente que solo tiene veinte en diciembre, entonces este es un rubro que se mantiene por esos acontecimientos sociales. Si algún día a uno se le ocurre prohibir los regalos, todas las casas como esta tendrían que cerrar. Las ventas se están manteniendo, pero hay picos”.  
Cuando sí se pronunció con un tono más preocupado fue al referirse al alza de los gastos fijos: “De luz me vino un aumento de más del cien por ciento. Indudablemente, los gastos fijos se están transformando en un fuerte dolor de cabeza para todos, porque también subieron el gas, los impuestos en general, el comisionista que me trae los pedidos y no se incrementaron las ventas”, señaló.

“Hay que tener paciencia y confiar”

Carlos es el dueño del negocio de gastronomía “Don Carlos”, ubicado en Rivadavia y 25 de Mayo, lugar que en buena proporción se nutre de la gente que va y viene de la terminal de colectivos y que desde dos semanas atrás viene experimentando un descenso sostenido en el nivel de ingresos.
“Hace quince días que venimos con una caída constante en las ventas. De hecho, vemos menos movimiento de gente en la terminal, pero hay que tener paciencia y confiar en Dios de que esto va a mejorar. La luz ya me llegó y tuve que abonar el doble, ya que pagaba tres mil doscientos pesos y la última boleta fue de seis mil pesos".
E"Estrategias hay pocas: reducir costos, rotar productos y tratar de brindar siempre la mejor atención para que el cliente vuelva”, reflexionó resignado Carlos.  

Primer trimestre malo para los comerciantes
Las ventas de los comercios minoristas medidas en cantidades cayeron en marzo 5,8% respecto de igual mes de 2015 y acumularon en el primer trimestre una retracción de 4,2% interanual, según un sondeo de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came).
La Came evaluó que las ventas minoristas fueron “golpeadas por el menor poder adquisitivo de la población frente a los incrementos que vienen teniendo los precios de la economía”. Según su análisis, “en marzo se sintió muy fuerte el efecto ‘precios nuevos, salarios viejos’ porque los trabajadores aún no habían cobrado los aumentos de las paritarias”.
El estudio reflejó que marzo fue un mes malo para todos los rubros comerciales, y las caídas de ventas más pronunciadas se registraron “en productos que requieren decisiones de gastos más importantes, como electrodomésticos y artículos electrónicos (-10,2%) o materiales para la construcción(-9,1%)”.
Con el resultado de marzo, las ventas minoristas medidas en cantidades iniciaron el primer trimestre del año con una caída de 4,2 % frente al mismo período del año pasado aunque se espera que con los incrementos de sueldos, la actividad logre algún repunte en abril.

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