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UNA VALIOSA FUENTE DE INFORMACIÓN SOBRE LO QUE COMEMOS

Dos de cada tres consumidores no entienden los rótulos nutricionales

Aseguran que tienen la letra demasiado pequeña pero además les resulta difícil comprender lo que dice.

Al enfrentarse a los rótulos nutricionales -esas etiquetas que tienen los alimentos envasados con datos sobre sus ingredientes- un 66,5% de las personas no entiende lo que dice allí: en parte porque la letra le resulta demasiado pequeña pero también porque no logra comprender la información.
El dato, producto de un estudio realizado por la Fundación DAAT que se difundió recientemente en la II Cumbre de Alimentos de la Universidad Católica Argentina, no deja de ser preocupante si se tiene en cuenta que la información que brindan esos rótulos resulta clave para la salud de personas que sufren hipertensión, diabetes, colesterol y obesidad.
De ahí que desde el año 2006, esas etiquetas -que hablan del contenido de grasas, sodio, hidratos de carbono, proteínas y fibra alimentaria y calorías de los alimentos envasados-  no sólo resultan obligatorias sino que deben cumplir con pautas muy precisas en nuestro país.
Lo cierto es que “si bien existe legislación sobre las etiquetas nutricionales, las normas no especifican el tamaño de la letra, una queja constante de las personas que se sienten marginadas por no poder decidir qué comprar y qué no”, explicó la doctora Viviana Baranchuk, una de las responsables del estudio.
A fin de medir la capacidad de las consumidores para acceder a la información nutricional, la Fundación DAAT utilizó envases de yogures y barras de cereales y comprobó que mientras que el 47,9%  de los consultados tuvo dificultades para verla, otro 18,6%, de ellos directamente no la pudo leer.

Confusa y engañosa
Más allá de las dificultades que plantea una letra demasiado pequeña, la información que brindan los rótulos nutricionales resulta “confusa para el consumidor promedio”. “La mayoría de las personas no sabe qué es cada nutriente ni qué función cumple”, señalan nutricionistas de la Fundación Cardiológica Argentina.
“Poca gente sabe que los componentes aparecen enumerados según orden decreciente de peso; es decir que si en una lista dice harina, azúcar, leudante químico y sal, quiere decir que el ingrediente que más contiene es harina, y el que menos, es sal. Ni hablar de los ingredientes que están codificados con letras o números, presentes en la mayoría de alimentos industrializados”, señalan a modo de ejemplo.
Pero así como  falta claridad en los rótulos, también falta una mayor formación nutricional en la población, reconocen en general los nutricionistas. Y es que si bien en los últimos años una parte de la comunidad ha comenzado a prestarle atención al rotulado de los alimentos ya sea para cuidar su figura o resguardar su salud, la gran mayoría de la gente no le presta mayor atención.
“Lo que hay que saber es que si bien contienen datos muy técnicos, como la composición química de los alimentos, los rótulos también ofrecen información bastante accesible y valiosa, como su fecha de vencimiento, su temperatura o cómo almacenarlos para que duren más”, señalan desde el Colegio de Nutricionistas de la Provincia.
Impulsora de campañas destinadas a enseñar a los consumidores a leer los rótulos nutricionales, en la entidad profesional mencionan la importancia de saber leer los datos para evitar también posibles suspicacias por parte de los fabricantes de productos.
“Un alimento dietético no necesariamente sirve para adelgazar. un pan puede ser `diet` porque no contiene sal, lo que no lo convierte en recomendable si la intención es perder peso. Tampoco el hecho de que cierto producto sea `bajo en calorías` garantiza que ayude a cuidar la figura: una margarina que ofrece 50% menos calorías no deja de ser un alimento con gran cantidad de grasas”, señalan como ejemplo desde el Colegio profesional.

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