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YA A LOS 9 SUFREN ACOSO CALLEJERO

A las mujeres las piropean desde chicas

Además, el 47 por ciento aseguró haber sido seguida por un hombre en alguna ocasión, mientras que el 37 por ciento de las mujeres estuvo expuesta a que un hombre se desnudara o mostrara sus partes privadas.

Las mujeres comienzan a sufrir acoso callejero ya desde los 9 años, por lo que se ven obligadas a tener “estrategias para sentirse más seguras en la vía pública”, según un informe presentado ayer por el Movimiento de Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá).
El  Movimiento MuMaLá elaboró un informe que se desprende de una encuesta realizada a 206 mujeres mayores de 16 años en la ciudad de Buenos Aires. Según ese trabajo, la edad en la que las mujeres comienzan a ser “objeto de distintas formas de acoso callejero va entre los 9 y los 22 años, y el 50 por ciento sufrió comentarios sexuales explícitos”.
Además, el 47 por ciento aseguró haber sido seguida por un hombre en alguna ocasión, mientras que el 37 por ciento de las mujeres estuvo expuesta a que un hombre se desnudara o mostrara sus partes privadas.
La coordinadora nacional de MuMaLá, Raquel Vivanco, aseguró que “el total de las mujeres encuestadas refiere haber llevado adelante diferentes estrategias para sentirse más seguras en la vía pública y el 100 por ciento de las encuestadas manifestó haber sufrido algún tipo de acoso callejero”.
Asimismo, llama la atención el hecho de que el 29 por ciento de las mujeres han sido “tocadas o agarradas” con intenciones sexuales y una de cada diez fue atacada físicamente por un hombre alguna vez.
En mirada de Vivanco, este tipo de situaciones se debe a que “existe una desigualdad muy arraigada en la sociedad y los hombres sienten impunidad para ejercer un abuso de poder contra las mujeres”.
Para la dirigente feminista, esta violencia va en aumento, algo que se puede confirmar al observar las últimas cifras en la materia: el 15 por ciento de las encuestadas, de hecho, declaró haber sufrido alguna manifestación de acoso sexual antes de los 13 años.
Según Vivanco, el acoso callejero contra las mujeres “está arraigado y naturalizado”, lo que provoca que este tipo de violencia pase “desapercibida” y se haya convertido en “la inseguridad de la que nadie habla”.
El informe revela que las prácticas más comunes son los bocinazos y silbidos (en el 84 por ciento de los casos), seguidos de comentarios sobre su apariencia física (70 por ciento) y sexistas (51 por ciento), gestos vulgares (59 por ciento) y palabras sexuales explícitas (50 por ciento).
Asimismo, el 45 por ciento de las encuestadas afirma que soporta insultos habitualmente, el 37 por ciento estuvo expuesta como se dijo a un hombre “que se desnudaba o mostraba sus partes privadas frente a ellas” y casi la mitad denuncia haber sido seguida por un hombre en alguna ocasión.
El informe también hace hincapié sobre el hecho de que todas las encuestadas admitieron haber hecho algún tipo de cambio en sus rutinas para evitar ser acosadas como tomar rutas alternativas, salir acompañada o utilizar ropa que no llame la atención.
Además, el 12 por ciento de las mujeres tuvo que cambiar de barrio o mudarse ante situaciones de acoso, mientras que un 8 por ciento cambió de trabajo y un 3 por ciento de centro de estudios.
Vivanco señaló que es necesario que el Estado implemente “políticas públicas integrales” para evitar el acoso callejero, que puede generar situaciones más graves, como los feminicidios.
Según un informe de la asociación civil La Casa del Encuentro, en 2015 hubo 286 muertes de niñas y mujeres en Argentina, una cifra un 3,2 por ciento superior a la del año anterior. El año pasado, tal vez se recuerde, los legisladores porteños aprobaron el proyecto de ley para que el 7 de abril fuera declarado Día de la Lucha contra el Acoso Sexual Callejero, pero la coordinadora de MuMaLá criticó que no se están poniendo en marcha las actividades y campañas que prometieron realizar cada año. “Si bien la realidad nos dice que es el hogar el lugar en el que las mujeres se encuentran más inseguras, el diseño del espacio público tampoco contempla el acceso a servicios y a transitar de manera libre, segura y autónoma en igualdad de condiciones a unos y otras”, señala el estudio. 

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