EL BOOM DE LA ACTIVIDAD FÍSICA

Los gimnasios suman más propuestas para captar al público de todas las edades

Tecnología, clases “más divertidas” y ejercicios tradicionales.

Redondeles de distintos colores titilan y giran en el piso. De a ratos se posan sobre algún cuerpo sudado que no para de saltar. El punchi punchi de la música incita al movimiento. También la voz que sale del parlante: es del profesor que no deja de arengar. “Pisen con fuerza. En el elástico están sus problemas”, invita. Las alumnas, motivadas con las luces de boliche, descargan con mayor intensidad sobre el minitrampolín que las hace saltar. Es una clase de power jump, especialmente para las más jóvenes.
En los últimos años los gimnasios fueron incorporando a su oferta clases que pretenden ser más entretenidas y dinámicas que las tradicionales. El objetivo es captar nuevos públicos y retenerlo durante todo el año. Además de un espacio para entrenar el cuerpo, también buscan instalarse como un “lugar de encuentro”.
Los gimnasios, además de un espacio para entrenar el cuerpo, también buscan instalarse como un “lugar de encuentro”.
“Antes la mayoría venía una o dos veces por semana, tomaba la clase y se iba. Ahora, hay muchos que vienen todos los días y lo disfrutan porque se hicieron amigos acá. Con las inundaciones se notó mucho, la gente se quedaba hablando de lo que les pasaba”, cuenta una de las propietarias de un gimnasio de nuestra ciudad.
Además de las cenas o fiestas que suelen organizar los gimnasios para fin de año, también es frecuente que se armen salidas con los grupos que se forman en las diferentes clases durante el resto del año.
“Esas cosas contribuyen a que las personas se enganchen y disfruten de venir. Antes era muy difícil atraer a la gente. Venían en verano, pero cuando terminaba el calor abandonaban y era muy difícil recuperarla. Ahora se logró continuidad”, aseguró la mujer.
La oferta
La oferta también se diversificó bastante: a las clases aeróbicas, localizada y a la sala de musculación, se le sumaron otras propuestas como zumba y power jump (implica saltar en un minitrampolín), que pretenden ser más entretenidas.
Respecto al power jump, Marisa Mieres, de Studio Gym, al ser consultado por DEMOCRACIA advirtió: “en el 2014 fue un furor y los compré a los minitrampolín. El tema es que la gente grande no lo puede hacer, solo los jóvenes. Y si tienen vértigo tampoco. Ahora yo no es más furor power jump, porque muchos tienen miedo de caerse, o les duele mucho el cuerpo después de la clase, y eleva mucho el ritmo cardíaco, hay que controlarse el estrés y los riesgos cardíacos. Por eso busca más lo que es la diversión, el baile, etc.
“A la mayoría de las mujeres que vienen a zumba no les gusta hacer gimnasia. Vienen porque les divierte bailar y pueden gastar entre 600 y 1000 calorías”, cuenta otra de las profesoras de ritmos latinos y zumba, consultada.
La clase consiste en seguir la propuesta coreográfica de la profesora. Predominan los ritmos latinos como salsa y reggaetón.
Mieres manifestó que generalmente las escuelas de ritmos y gimnasios en verano no funcionaban, o funcionaban pero con horarios reducidos. En este último tiempo esto ha cambiado.
“Este año, con todo lo que es zumba, reggaetón, ritmos latinos, la gente se sumó más. Como encuentra resultados rápidos, en el tema de bajar de peso, al estar en movimiento, explotó el gimnasio. Tengo horarios que antes ni los manejaba en pleno verano, era como que en enero cerrabas el gimnasio y hasta febrero o marzo no retomabas. Este año la gente se copa con bailar”, explicó la profesora.
“En mi gimnasio está Lucila Bruno trabajando y haciendo zumba, y por lo que veo es un programa adaptado a toda la gente, aún aquellos que no saben bailar, son temas que empiezan y terminan, con mucho estribillo, con descansos cortos para tomar agua, entre uno y otro. La gente repite el paso, lo puede hacer desde una nena de 4 años hasta una mujer de edad avanzada. No tiene técnica, lo puede hacer cualquier persona”, señaló.
Entre las propuestas más avanzadas está el Pole Dance Junín (donde se usa un caño al que se trepan las gimnastas) que puede ser acrobático, para entrenamiento muscular, que según María Merlassini, del gimnasio Vibra, es una modalidad bastante exigente y necesita de 20 minutos de entrada en calor, con flexiones de brazos, abdominales, glúteos, aductores, espinales, flexores de cadera, y luego los trucos, uno tras de otro, sobre el caño.
Por otra parte el Pole Dance coreográfico, que se puede hacer un truco y luego una coreografía con música, es una fusión entre el acrobático y el coreográfico, con música, baile, teatro, con aros, trapecio, etc.
Cabe mencionar que esta forma de hacer gimnasia, el Pole Dance, necesita de mucha disciplina e inversión económica para adaptar los gimnasios, y todavía no está muy difundida en nuestra ciudad.
Merlassini también habló de las clases de baile libre, donde se hacen también ritmos como el reggaetón, hip hop, dance hall, donde concurre gente de todas las edades y las clases se tornan muy populares y atractivas.

Las tendencias

Según Mercado Fitness, una consultora y revista especializada en gimnasios y clubes deportivos de Latinoamérica, entre las tres principales tendencias que irán ganando terreno en los próximos años se encuentra el uso de tecnología wearable, como relojes inteligentes capaces de medir el ritmo cardíaco o el tiempo de inactividad o actividad que tuvo el usuario en el día.
“Se estima que en unos años la mayoría de las personas tendrán esos relojes, que interactuarán (compartiendo información del usuario) con las máquinas y funcionarán como entrenadores personales virtuales”, dice María del Carmen Loria, de Mercado Fitness.
En el segundo puesto del ranking de tendencias figura el entrenamiento con el peso corporal: “En los ‘90 las máquinas eran furor. Ahora van ganando popularidad los ejercicios que requieren de un equipamiento mínimo. Lo que lo convierte en una manera económica de entrenar”, dice Loria.
De hecho, en la sala de musculación de muchos gimnasios se indican cada vez más ejercicios que implican equilibrio, sogas y elásticos. La gimnasia funcional va ganándole terreno a las máquinas.
“Hoy se está volviendo a las raíces del entrenamiento. Se buscan movimientos completos. Ya no tanto eso de sentarse en una maquina a inflar músculos”, dice Loria.
También el entrenamiento intercalado de alta intensidad figura en el ránking. Son circuitos de ejercicios, con momentos de mucha exigencia física y otros de descanso. El crossfit pertenece a esta categoría. “A pesar de las advertencias por parte de algunos profesionales de la salud en relación a un posible aumento de las tasas de lesiones, esta forma de ejercicio sigue siendo popular en gimnasios de todo el mundo”, señalan en el informe de tendencias.
“Las personas se sienten atraídas por los lugares que los hacen pertenecer a un grupo. Cada vez más gimnasios toman nota de esto y desarrollan actividades, eventos y espacios que fomentan la socialización entre los usuarios y el sentido de comunidad. El creciente auge a nivel mundial de los centros boutique, pequeños locales especializados en prácticas determinadas (ciclismo indoor, entrenamiento funcional, entrenamiento de alta intensidad, entre otros) se debe, en parte, a su capacidad por satisfacer una creciente demanda de la sociedad: la necesidad de poseer un grupo de pertenencia”, afirma Guillermo Vélez, director de Mercado Fitness.

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