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TERCERA EDAD

Consejos a los adultos mayores para evitar los golpes de calor

Los ancianos son el grupo más vulnerable a los golpes de calor. Los especialistas les aconsejan beber agua de manera regular, aún cuando no tengan sed.

Las personas de edad avanzada tienden a beber de forma insuficiente al sentir menos sed.
Los riesgos para la salud se incrementan durante la temporada de calor al aumentar los efectos asociados a la exposición a temperaturas ambientales más altas. En este sentido, el denominado golpe de calor puede afectar a cualquier persona, pero los mayores de 65 años son especialmente vulnerables ya que el proceso de envejecimiento disminuye la proporción de agua en el organismo.
La deshidratación es el trastorno hidroelectrolítico más frecuente en las personas mayores ya que su capacidad para mantener el balance hídrico se ve afectada por diversos cambios fisiológicos durante el proceso de envejecimiento.
Las personas de edad avanzada tienden a beber de forma insuficiente al sentir menos sed, y la presencia de ciertas enfermedades, el consumo de fármacos y las condiciones climáticas adversas, hace que este colectivo sea especialmente vulnerable a padecer deshidratación, algo que se agudiza con la llegada de las altas temperaturas.
Especialistas señalan la importancia de que los mayores mantengan unos hábitos regulares de bebida. “De esta manera podrán mantener la función renal, una buena hidratación, evitar el estreñimiento o mantener la temperatura corporal entre otros”, apuntan.
Es importante que las personas de edad avanzada beban cantidades pequeñas durante todo el día para evitar llegar a notarse sedientas. En este sentido, el agua mineral natural se considera un aliado saludable ya que incluye un aporte importante de minerales. La ingesta de agua debe realizarse de forma gradual a lo largo del día, al menos un vaso de agua en cada una de las comidas del día para favorecer la ingestión de sólidos, así como otros cuatro vasos de agua repartidos en el resto de la jornada.
Por otro lado, las personas con trastornos cognitivos, como la demencia, pueden no ser capaces de poner remedio a sensaciones básicas como la sed, o incluso de explicar a los demás sus molestias. En algunos casos, incluso pueden no llegar a sentir el calor como tal.
“En nuestras residencias controlamos de manera individualizada la ingesta líquida de nuestros mayores y disponemos de un protocolo de actuación para tener controlada la hidratación de cada residente”, explicaron.
Por todo ello, es fundamental prestar mucha atención a la ingesta de líquidos de las personas mayores, pero además, para prever el ‘golpe de calor’ es recomendable la utilización de prendas de ropa ligeras y de colores claros, así como evitar la exposición en las horas centrales del día.

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