El ideal de belleza que fomentan los medios de comunicación muestra a la delgadez como símbolo de éxito. Es decir que los estándares de belleza que nuestra sociedad actual valora y glorifica, son estímulo para desarrollar trastornos de la alimentación. El tratamiento de estos trastornos no es rápido ni sencillo, porque la causa de ellos resulta de una combinación de conductas presentes por largo tiempo, factores biológicos, emocionales, psicológicos, interpersonales y sociales. Por ello, se requiere el trabajo de un equipo interdisciplinario, compuesto por un médico especialista, nutricionista y psicólogo. A diferencia de la anorexia, que provoca la angustia de la familia y que tiene una visualización, la bulimia pasa desapercibida. Cuando llega a consulta ya lleva un año con la enfermedad. Basados en nuestra experiencia podemos afirmar que años atrás las pacientes con bulimia llegaban a la consulta porque sus madres descubrían conductas como atracones o vómitos; actualmente llegan al consultorio acompañadas por sus madres, a las que ya han pedido ayuda reconociendo así un trastorno de alimentación. Estos trastornos de alimentación los observamos en niños y niñas desde los 11 años de edad, pero se atienden cada vez más casos de nenas de 10 años y hasta de 9.
Norberto Russo
Nutricionista
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