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LOS ADOLESCENTES Y LOS LÍMITES

El caso de la moto en el aula reavivó el debate sobre la conducta en la escuela

La directora del establecimiento dijo que el estudiante había pedido permiso para entrar el vehículo y “se hizo responsable” de lo que ocurrió después. ¿Una travesura aislada o el reflejo de una sociedad cada vez más conflictiva?

El video en el que se ve a un alumno hacer trompos con su moto en el aula del ex Colegio Comercial de Junín dejó expuesto una vez más el nivel actual de conflictividad y transgresión a los límites por parte de los adolescentes.
En las imágenes que difundió el Canal 10 de Junín, se pudo ver cómo un alumno, con la complicidad de otros, ingresaba su moto a un salón de la Escuela Secundaria 7, situada en Borchex al 100, y la usó para hacer trompos.
El hecho fue confirmado ayer por la directora Ana María Cazaux de Barbitta, en diálogo con el mismo medio: “Creemos que ha sido una situación donde el alumno, con dos o tres compañeros jóvenes, han hecho esta situación sin siquiera tener dimensión del hecho en sí”.
Tras el hecho, el chico se habría hecho responsable de su comportamiento, luego del diálogo que mantuvo con el equipo docente. “En la entrevista que mantuvimos, él se muestra como sorprendido por las consecuencias de esta filmación y también se hace responsable de eso. Y esto me parece muy destacado”, afirmó la directora.
Ante la consulta sobre si ya había un contexto conflictivo previo en el grupo, Cazaux de Barbitta dijo que fue “una situación puntual” y que todo ocurrió a partir de una “solicitud del alumno” para poder ingresar su moto al establecimiento.
“No es que la moto entra libremente a la escuela, sino que hay un pedido a su preceptora”, dijo y agregó: “Es un alumno que no ha tenido nunca dificultades, con lo cual la preceptora también, en función de ese vínculo de confianza que se establece entre los alumnos y los preceptores que diariamente están con sus alumnos, accede a este pedido sin imaginar cómo sucederían luego los hechos, qué ocurriría después”, explicó.
“Estamos trabajando en el interior de la institución con el equipo directivo, los preceptores, con el alumno y fundamentalmente con su grupo para pensar qué lugar ocupa para él su escuela, qué paso en relación a esta situación puntual”, dijo la docente, quien aseguró: “Trabajamos en relación a los acuerdos institucionales de convivencia”.
En ese sentido, Cazaux de Barbitta explicó que este protocolo establece “ejemplos de consenso colectivo de todos los actores institucionales para establecer pautas de funcionamiento y normas que regulan la convivencia dentro de la escuela”.

“No tenemos herramientas”
Ante la consulta de Democracia sobre la situación actual en las escuelas por los últimos hechos que trascendieron, Natalia Alderisi, titular del gremio Udocba Junín, dijo que docentes y alumnos están “desprotegidos” ante la falta de “herramientas” para poner límites.
La docente afirmó que en la actualidad hay una “Guía de orientación para situaciones de conflicto”, elaborada por el Ministerio de Educación de la Nación y que fue “hecha detrás de un escritorio sin tener la menor idea de lo que sucede en el aula”.
“Es una guía ridícula”, dijo. “No tenemos herramientas porque nos sacaron las sanciones disciplinarias, las amonestaciones. Se considera que eso es discriminar y que hay que llamar al diálogo”, afirmó.
“La escuela no puede resolver problemas que están arraigados en la sociedad de hace tiempo y en la familia. Hay chicos en la escuela que no tienen adultos referentes. Después la escuela tiene que cargar con todos los problemas de la sociedad. Y cuando pasa algo le van a echar la culpa al preceptor”, aseveró.
La titular de Udocba sostuvo que hace 20 años “gritarle a una maestra era algo horroroso e impensado” y que “de repente un día cedimos un poco. ‘Gritó, bueno pobrecito’. Después tiraron una tiza y cuando nos quisimos acordar estamos en este caos”, dijo y agregó: “De a poco fue aumentando la violencia y el desorden. No hay ninguna voluntad de políticas que diga cómo solucionamos la violencia en la escuela”.

La cuestión de los límites
La psicóloga especialista en adolescencia, Raquel Petraglia, dijo en relación al hecho de la moto en el aula que “hay algo que es inherente a la adolescencia que es el desafío constante a los límites y a lo establecido”.
Consultada por este diario sobre si los cambios en los protocolos de sanción disciplinaria influyeron sobre el comportamiento de los alumnos, la psicóloga dijo que en los hechos “hay responsabilidad de los adolescentes, la familia y también los adultos a cargo”.
Aunque señaló: “Deben hacer muchísimas transgresiones más graves que estas, en escuelas públicas y privadas. Pero ésta quizás fue más espectacular. Algo más ruidoso y escandaloso”.
Petraglia dijo además que en la sociedad actual “está mucho más facilitada la cuestión de la violencia, está naturalizado el hecho de que mujeres y varones terminen a los golpes”.
En ese sentido explicó que se trata del “desborde de lo impulsivo que se manifiesta en violencia”. Y diferenció a “la agresión” de la “violencia por la violencia en sí”.
“Asistimos preocupados a que hay mayor violencia. También depende de las redes sociales y familiares”. La especialista dijo que muchas veces le pregunta a sus pacientes si conversan con sus padres de qué cosas hacían estos en su adolescencia y concluye que “no hablan”.
“No es solo el chico que no tiene interés y vive en la nada sino que hay padres que no se comunican, hay padres que están preocupados en su trabajo, en el gimnasio o salir a sobrevivir –dependiendo del contexto económico– pero hay una cuestión de no incluir la conversación”, afirmó.
“La escuela es el reflejo de lo que pasa socialmente, no es solo la cuestión del adolescente sino los valores y las cosas que se valorizan pasan por otro lado”, dijo. 

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