EL MUSICO CUARTETERO CUENTA SU VIDA EN LOS ESCENARIOS

Osvaldo «Corazón» Gaitán, epicentro de una familia dedicada a la música popular

Tiene más de mil temas compuestos, la mitad de ellos los grabó a través de 46 discos larga duración./Sus canciones se difunden en países de América Latina y Europa.

A modo de precalentamiento para la charla le preguntamos a Osvaldo «Corazón» Gaitán de dónde sale, precisamente, lo de «Corazón», un músico, juninense por adopción que ha logrado una carrera de música popular, extensa y productiva.

Así lo explica: «Voy a revisación médica en La Calera y me salvo del servicio militar por una extrasístole que me detectan».

«Al comienzo, mi conjunto se llamó ‘Cuarteto Corazón’, alrededor del ’75. Empezamos a grabar ese año y descubrimos que había otros conjuntos con este nombre». Entonces convinieron con la grabadora que saliera el LP con su nombre, pero intercalando el ‘Corazón’ entre nombre y apellido.

Revela entonces una cifra sorprendente: «Desde entonces llevo grabados 46 discos larga duración, lo que suman alrededor de 500 temas, todos de mi autoría. Y tengo alrededor de mil temas compuestos, la mayoría en la línea del cuarteto cordobés». «Con mis temas tuve una gran suerte, a la gente les gustó y he vendido millones de discos con ellos y eso habla de que, aunque como intérprete soy más limitado, mi autoría es importante. Tengo grabaciones de otros intérpretes en Chile, en Uruguay y recibo derechos de autor desde España, de Suiza, de otros países, pero debo reconocer que, realmente, no sé si habrá radios que difunden mis grabaciones o intérpretes de allí que los graban. No lo sé».

«Hay un tema como ‘Yo me copo’ que tiene muchas versiones, inclusive en México. Hay tantas grabaciones de esta canción que perdí la cuenta. Este tema lo presentamos en muchos programas de radio y de TV, incluso lo hicimos con Alberto Olmedo. Y después tengo otros muchos temas de excelente difusión, pero sin la repercusión que obtuvo éste».



El comienzo



Gaitán tiene hoy 61 años. Es cordobés de la localidad de Laboulaye. Nació en el año 1945 en un campo cerca de aquella ciudad. «Cuando tenía 40 días -recuerda- mis viejos se fueron a vivir a la estancia de Bonadeo, en Huanchillas (Córdoba). A los 7 u 8 años fuimos desde el campo al pueblo de Huanchillas, donde cursé la primaria, a 60 kilómetros de Laboulaye. En este último lugar nos radicamos dos años después y estuve veinte y pico de años hasta 1980». Allí comenzó a estudiar el bandoneón, mientras trabajaba en una casa de repuestos.

Dice que fue un músico precoz porque a los 15 años ya estaba tocando en una orquesta. Pero a pesar de eso, no estaba muy definido sobre qué iba a hacer con su vida.

«Mi profesor fue Luis Rizzo, gran amigo mío que aún vive», dice.

Cuenta que enfrente de su casa vivía una familia, los Difrancisco, y por las tardes el padre y el hijo se ponían a tocar el bandoneón, a la tardecita, debajo de un árbol. «Yo me volvía loco y me ponía a cantar con ellos y así apareció mi vocación por ir a estudiar música. A mi vieja le gustaba el acordeón, pero mi maestro Rizzo tocaba el bandoneón, así que fue ese el instrumento con el que aprendí», explica.

Gaitán venía de una familia muy pobre: no tenía dinero para comprarse un bandoneón, así que su maestro me prestaba uno de estudio, que es más pequeño.

Cuando tenía 15 años lo vinieron a buscar de una orquesta, «Los mariscales del ritmo».

«Les dije que la oferta me gustaba, pero que no tenía bandoneón. Así que el director, Cacho Carelli, me dijo ‘yo te lo consigo’. Me compró el instrumento y el pago me lo fue descontando de cada baile. Estuve unos cuántos años para pagarlo.

Hacíamos todos tangos bailables; teníamos dos cantores: Rubén López, en la típica, y en la característica Carlitos Guevara».

Cambios y más cambios



Cuatro años después se desvinculó y entró en una orquesta típica con su maestro Rizzo, que se llamó «Cinco para el tango», siempre en Laboulaye. Esto ya era otra cosa: con otro cantor, otro estilo tanguero más tranquilo y un poco más trabajado en los arreglos. «Eramos dos bandoneones: mi maestro y yo; violín, piano y bajo». Unos dos años después dejó el conjunto, colgó el bandoneón en el ropero y se dedicó a la casa de repuestos de automotores. La música no daba para comer. Unos tres años después nace LV 20, Radio Laboulaye y convocan a Osvaldo Gaitán «para tocar algún tanguito, con un pianista». Empezó a ensayar, a hacer algunas actuaciones radiales y demás.

Un día, una persona que trabajaba en esa radio le propuso hacer tangos, rancheras, corridos, valses y otros ritmos de «orquesta característica» para una gran fiesta que hacía en la Colonia El Arbol, festejando el aniversario del pueblo. «Yo por entonces estaba con mi cabeza en Piazzolla, Pugliese, y otros ídolos del tango». Pero le insistieron y lo convencieron.

«En Colonia El Arbol había ese día una cantidad terrible de gente. Ibamos a un negocio compartido con quien había organizado el baile, así que cuando contamos y nos repartimos la recaudación de esa noche, cambió todo: gané en una noche lo que a lo mejor ganaba en un mes en la casa de respuestos. Me empezó a trabajar la ‘croqueta’», rememora.

Siguió entonces con un conjunto que se llamó «Serenatas argentinas»; un año después se fue y volvió poco después con «La auténtica serenata», una escición del primer grupo. Y un día dijo «no toco más».

Tiempo después -por entonces ya componía rancheras, música de cuarteto, tangos- no aguantó y en el ’75 formó un grupo bailable al estilo cordobés. Nació allí «Osvaldo Gaitán y su Cuarteto Corazón». Debutó el 8 de febrero de 1975 en Laboulaye.

A los seis meses grabó su primer LP, «Late la música al ritmo de Osvaldo Gaitán»; después llegó «El rey de la gaita» (que así se llama el ritmo cordobés) y después «vino todo lo demás, que es muy conocido», explica.



Hacia Junín



«En 1976 yo venía a actuar por esta zona y observaba que aquí había bailes los miércoles, los jueves y el fin de semana. Y allá, como mucho, se trabajaba viernes y sábado. En el ’76 me vine con un LP que gustó mucho acá ‘Asesina, me quieres matar’. Invertí en promoción y lo empecé a difundir por las radios de aquí y de la zona. Gustó mucho. Comencé a trabajar de miércoles a domingo».

La rutina de Gaitán cambió por completo: regresaba a Laboulaye los lunes a la mañana y volví a esta zona los martes. «Así que cambiamos ideas con mi mujer y un día nos vinimos a radicar acá». Lo acompañaron sus hijos: «el más grande, Germán Osvaldo; el del medio, Gastón Guillermo y, ya afincados en Junín, nació Jimena, en el ’81", enumera. «Hoy, todos están en la música». «El más grande ya andaba a los cuatro años en los bailes conmigo. A los 13 años le hice grabar su primer LP, ‘El joven argentino’ y tuvo un tema, «Carolina», que anduvo muy bien. En ese momento yo estaba ‘a full’ con mi grupo. En tanto, el hijo del medio, a los once también estaba en el conjunto (canta, toca teclados y bajo, etc.)». Jimena fue la última en incorporarse a esta familia musical. Gaitán dijo que ella empezó a grabar a los 14 años. Comenzó a cantar un tema en mi conjuntos luego dos; y al final se largó y ahora anda muy bien. Actualmente, o anda con nosotros en el conjunto o canta en pubs, boliches, con muy buena repercusión», se ufana. Tarea cumplida y la familia, unida a través de la música.

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