Enviar a los niños de vuelta a la escuela con zapatillas nuevas, jeans y remeras probablemente costará significativamente más a las familias de EE.UU. este otoño boreal si los aranceles personalizados que el presidente Donald Trump impuso a los principales exportadores entran en vigor según lo planeado, advierten grupos de la industria estadounidense.
Aproximadamente el 97% de la ropa y los zapatos comprados en EE.UU. son importados, predominantemente de Asia, dijo la Asociación Americana de Ropa y Calzado, citando sus datos más recientes. Walmart, Gap Inc., Lululemon y Nike son algunas de las empresas que tienen la mayoría de su ropa fabricada en países asiáticos.
Esos mismos centros de confección sufrieron un gran impacto bajo el plan del presidente para castigar a países individuales por desequilibrios comerciales.
Para todos los productos chinos, eso supuso aranceles de al menos el 54%. Estableció las tasas de impuestos de importación para Vietnam y la vecina Camboya en el 46% y el 49%, y los productos de Bangladesh e Indonesia en el 37% y el 32%.
Trabajar con fábricas extranjeras ha mantenido bajos los costos laborales para las empresas estadounidenses en el sector de la moda, pero es posible que ni ellas ni sus proveedores en el extranjero absorban costos nuevos tan altos. India, Indonesia, Pakistán y Sri Lanka también recibieron altos aranceles, por lo que no son alternativas inmediatas de abastecimiento.
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