“Shiri, siento no haber podido protegerlos”, se lamentó el rehén israelí liberado, Yarden Bibas, en el funeral de su esposa de origen argentino, Shiri Bibas y sus dos hijos, que murieron en cautiverio en Gaza, convirtiéndose en símbolo de la tragedia de los rehenes.
Roto de dolor, Yarden Bibas recordó características de sus dos pequeños pelirrojos, Kfir y Ariel, que tenían respectivamente ocho meses y cuatro años de edad, que junto a Shiri, le dieron una “familia perfecta”.
“Shiri, siento no haber podido protegerlos a todos”, lanzó Yarden Bibas en su panegírico en el funeral que se celebró en un cementerio cercano al kibutz Nir Oz, de donde los cuatro fueron secuestrados por militantes palestinos durante el ataque del 7 de octubre de 2023.
El cortejo fúnebre partió de Rishon LeZion, una ciudad al sur de Tel Aviv, hacia Nir Oz, el kibutz de la familia Bibas en el sur de Israel, a 100 km de distancia, donde miles de personas se congregaron para acompañar a los familiares.
Asumir las responsabilidades
La familia Bibas pidió a todos los funcionarios israelíes que asumieran su responsabilidad por la muerte de sus seres queridos secuestrados en Gaza.
“No tiene sentido el perdón antes de que se investiguen los fallos y todos los funcionarios asuman su responsabilidad... Podrían haberlos salvado, pero prefirieron la venganza”, dijo Ofri Bibas en el funeral de su cuñada y sus sobrinos.
Yarden Bibas fue liberado el 1 de febrero en un canje de rehenes israelíes por prisioneros palestinos, pero no supo hasta ese mo mento que su familia había muerto.
Los restos de su esposa y sus hijos fueron devueltos la semana pasada a Israel por el movimiento islamista palestino, como parte del acuerdo de tregua en la Franja de Gaza.
Hamás ha insistido en que fue un ataque aéreo israelí el que mató a los Bibas a principios de la guerra, pero una autopsia israelí dijo que no había pruebas de lesiones causadas por un bombardeo. “Shiri, te quiero y siempre te querré. Shiri, lo eres todo para mí.
Eres la mejor esposa y madre que puede haber. Shiri, eres mi mejor amiga”, dijo Yarden, con la voz entrecortada por la emoción mientras leía su discurso que fue televisado en directo en Israel.
“¿Recuerdas nuestra última decisión juntos? En la habitación segura, te pregunté si debíamos ‘luchar o rendirnos’”. “Dijiste ‘luchar’, así que luché. Shiri... Si hubiera sabido lo que iba a pasar, no habría disparado”, dijo Yarden Bibas, describiendo los acontecimientos de aquel día en que fueron atacados por los militantes en Nir Oz.
Al funeral sólo asistieron familiares y allegados, y no estuvo abierto a los medios de comunicación.
Sin embargo una multitud compacta se congregó en las veredas de Rishon LeZion con globos naranja, símbolo de los niños peli rrojos, ondeando banderas israelíes y fotos de Shiri, Ariel y Kfir.
“País roto”
Cuando el cortejo de vehículos negros se adentró en la ciudad, la multitud entonó a media voz el himno nacional israelí.
“Es uno de los momentos más duros desde el 7 de octubre”, declaró al borde de las lágrimas un comentarista de la televisión israelí 12, que transmitió la procesión en vivo.
“Cuando pienso en el 7 de octubre”, dijo Aviv Nahman, vecino de Rishon LeZion, “me acuerdo en primer lugar de esa familia”.
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