Rusia mantiene el pulso ante la contraofensiva lanzada por tropas ucranias a finales de mayo en dos sentidos: primero, resiste en el frente de batalla la presión ejercida por los militares enviados por Kiev para avanzar en el sureste, especialmente hacia las plazas de Berdiansk, Melitópol y Bajmut, mientras se arroga avances en la ruta hacia Kupiansk, en la provincia de Járkov, en el noreste. En segundo lugar, Moscú sigue ordenando bombardeos sobre poblaciones de civiles con un alto precio en número de víctimas mortales. En dos de los últimos ataques, en Pokrovsk y Kruhliakivka, el ejército de Moscú lanzó un segundo misil justo cuando se desarrollaban las labores de rescate para auxiliar a los heridos de un primer proyectil, una táctica que no es nueva en los frentes de batalla con presencia de tropas rusas, y que maximiza el número de muertos.
Al menos siete personas murieron en el doble ataque ruso perpetrado el lunes contra la localidad de Pokrovsk, según informó Pavlo Kirilenko, jefe de la Administración Militar Regional de Donetsk. Kirilenko, que visitó la ciudad durante la noche, señaló que entre las víctimas mortales hay cinco civiles, un empleado de los servicios de emergencias y un militar.
Al menos 88 personas resultaron heridas, muchas de ellas policías y trabajadores de los equipos de rescate.
“Dos misiles han caído. Un inmueble residencial ordinario ha sido alcanzado”, escribió en las redes sociales el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, en la noche del lunes, poco después del bombardeo de Pokrovsk.
El segundo proyectil cayó unos 40 minutos después del primero, lo que explica el número de muertos entre las fuerzas de seguridad y los equipos de emergencia. Esta táctica de guerra, que contraviene el derecho internacional en tanto que tiene como objetivo a civiles y labores de rescate, ha sido utilizada en más ocasiones por las fuerzas rusas durante su invasión a gran escala de Ucrania, pero, sobre todo, ha sido usada por su aviación durante la campaña en apoyo al régimen de Siria contra grupos armados rebeldes en ese país.
Tanto en el video colgado por el jefe del Ejecutivo ucranio como en otras grabaciones difundidas posteriormente desde Pokrovsk se pueden ver los momentos posteriores a que los dos proyectiles rusos impactaran en el edificio de cinco viviendas por la parte superior.
En las imágenes, los vecinos y miembros de los equipos de emergencias trataban de sacar de entre los escombros a algunos de los residentes y practicaban primeros auxilios a heridos. Según detalló Kirilenko, el bombardeo alcanzó “edificios residenciales del sector privado, un hotel, establecimientos de restauración, comercios y edificios administrativos”.
La posibilidad de nuevos ataques hizo que las labores de emergencia tuvieran que detenerse durante la noche, pero ya se han reanudado.
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