El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, llegó ayer a Shanghai para cumplir una visita oficial de dos días en China, donde pretende cerrar 20 acuerdos económicos, comerciales y de inversiones con su par chino, Xi Jinping, y discutir la posible creación de un club de paz para intentar detener la guerra en Ucrania. El avión presidencial brasileño aterrizó a las 22.30 hora local (11.30 de Argentina) y Lula fue recibido por el viceministro de Relaciones Exteriores, Xie Feng, en el aeropuerto de Shanghai.
Lula también fue recibido por la expresidenta Dilma Rousseff, quien asumió la presidencia del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), el banco de fomento de los Brics (Brasil, Rusia, India China y Sudáfrica), que se ha convertido en una alternativa de las naciones en desarrollo a estructuras como el Banco Mundial.
En la gira más ambiciosa de su tercer mandato, Lula anticipó que pretende firmar acuerdos de alto volumen comercial y de inversiones, en la búsqueda de inversiones con transferencia de tecnología para sumar a su proyecto de reindustrialización de Brasil.
China es desde 2009 el principal socio comercial de Brasil.
Este jueves Lula participará de la ceremonia de asunción al frente del NDB de Rousseff, en un acto en la sede del banco, sobre todo porque para Brasil haber colocado a la exmandataria en esa posición es una demostración de un nuevo nivel en su política externa y la influencia dentro de los Brics.
Por la tarde, Lula visitará el centro de investigación de telecomunicaciones.
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