Un informe de Inteligencia de Naciones Unidas dio a conocer que el grupo terrorista Al-Qaeda tiene un nuevo líder. Se trata del egipcio Saif al-Adel, exoficial del ejército egipcio y miembro de la Jihad Islámica Egipcia, buscado por Estados Unidos en relación con los atentados de 1998 contra sus embajadas en Tanzania y Kenia, considerado el “número dos” de la organización y actualmente residente en Irán.
Cuando las fuerzas estadounidenses mataron al sucesor de Bin Laden, Ayman al-Zawahiri, en Afganistán el año pasado, Adel fue considerado por muchos expertos como el probable próximo líder del grupo terrorista. Sin embargo, Al-Qaeda todavía no lo ha reconocido formalmente.
El documento de la ONU aclaró que “su liderazgo no puede ser declarado debido a la sensibilidad de Al-Qaeda a las preocupaciones de los talibán afganos de no reconocer la muerte de Zawahiri en Kabul y el hecho de la presencia de al Adel en la República Islámica de Irán”.
Muchos Estados miembros de la ONU sospechan que el “factor clave” del silencio de Al-Qaeda es la supuesta residencia de Adel desde hace tiempo en Irán, país de mayoría chiita (segunda rama del islam) dirigido por clérigos de esa misma rama. Esto lo llevaría probablemente a perder el apoyo de una buena base de miembros que cuestionan su vínculo con el gobierno chiita.
La presunta presencia de Adel en Irán plantea “difíciles cuestiones teológicas y operativas” a Al-Qaeda, afirman los autores del informe.
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