GUERRA EN UCRANIA

Rusia cerca los últimos reductos de resistencia de Lugansk

Bajo asedio constante de las tropas rusas, la ciudad de Lisichansk resiste como puede. Antonina habla en verso. “Es una guerra, pero no hay que tener miedo”, dice. Versa y versa y trata de convencerse a sí misma, y de mantenerse cuerda. Es la primera vez en varios días que pone un pie en la calle y ve el sol.

El Ejército ruso está cada vez más cerca de Lisichansk. En el frente decisivo y cada vez más sangriento del este de Ucrania, el Kremlin trata de estrechar el cerco que ya ha logrado apuntalar para hacerse con el control de la región oriental de Lugansk. La localidad industrial corre riesgo de ser conquistada. Las calles ribeteadas de edificios colmena de estilo soviético y parques verdes, están desiertas. De vez en cuando, sobresale un misil de la acera. O un par de edificios calcinados. Tras el fracaso en la ofensiva sobre Kiev, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha puesto el foco en el área de Donbás, donde en los últimos ocho años ha estado apoyando, alimentando y manejando a los separatistas prorrusos a través de los que llegó a controlar un tercio de las regiones mineras de Lugansk y Donetsk.

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