GUERRA EN UCRANIA

Rusia cortó el gas a Polonia y a Bulgaria tras negarse a pagar en rublos

Varsovia, que defiende acabar con la dependencia energética de Moscú, esperaba reducir a cero sus compras del fluido ruso en octubre.

Comenzó un nuevo capítulo de la guerra del gas en Europa. Con el bloque comunitario pensándose reducir las importaciones de Rusia para recortar su financiación en plena ofensiva en Ucrania, Moscú ha decidido cortar el suministro de sus gasoductos a Polonia y a Bulgaria por la negativa de estos países a cambiar las condiciones de sus contratos y a acatar la conversión obligatoria de sus pagos en rublos, como exige el Kremlin para proteger la cotización de su divisa ante las sanciones.

La gasista estatal polaca PGNiG informó este martes que el monopolio ruso Gazprom Export detendrá totalmente el flujo de gas a partir del miércoles. Por su parte, la compañía pública rusa, la única con permiso para vender en el exterior, respondió que Varsovia debía pagar desde este martes sus futuras entregas ateniéndose a la nueva legislación rusa. Poco después de este anuncio, la compañía energética rusa informó a Bulgaria que el suministro también se interrumpirá con este país a partir del miércoles, según confirmó el Ministerio de Energía búlgaro a la agencia Reuters.

La compañía polaca considera que este decreto no es vinculante y no hay motivos para detener las entregas a través del gasoducto Yamal. Además, recordó que siempre ha cumplido sus obligaciones de pago y no tiene deudas con Gazprom. “Se trata de un incumplimiento de contrato y la empresa tomará las medidas adecuadas”, advirtió. Horas después, Gazprom anunció a la empresa búlgara Bulgargaz, que también cortará el suministro gasístico a Bulgaria a partir del 27 de abril. Como en el caso de Varsovia, el corte se produce tras el rechazo de ambas empresas a pagar por el gas ruso en rublos, como pide Moscú. El presidente ruso, Vladimir Putin, decretó el 31 de marzo que a partir de abril todos los importadores extranjeros debían pagar exclusivamente en rublos a través de un nuevo mecanismo.

Para este propósito se concedió un permiso especial al brazo financiero de la gasista, Gazprombank, por el cual este abriría cuentas especiales a sus clientes donde entrarían los euros y dólares, y estos serían convertidos en rublos a través de su compraventa en la Bolsa de Moscú. El objetivo es respaldar el valor del rublo frente a las sanciones extranjeras. Bruselas ha enviado esta semana una aclaración a los países miembros en la que consideraba a priori que el pago en dólares o euros a través del mecanismo de Gazprombank es una vía legal para eludir las sanciones.

Polonia es uno de los países de la Unión Europea que más aboga por poner fin a la dependencia de Rusia, país del que hasta ahora adquiría algo menos de la mitad del gas importado y que esperaba reducir a cero a partir de octubre. Bulgaria también recibe de Rusia la mayoría de sus suministros de gas, aunque la dependencia en este caso es mayor: hasta un 90% del hidrocarburo que consumen procede de Rusia. Como en el caso polaco, el contrato de Bulgargaz con Gazprom concluía este año y Sofía ya había anunciado su intención de no renovarlo.