Las sanciones en Francia contra Rusia por la invasión a Ucrania comenzaron a aplicarse ayer sábado. El Baltic Leader, un barco comercial, que transportaba automóviles hacia San Petersburgo y pertenecía a uno los oligarcas sancionados en la lista europea, fue interceptado y desviado al puerto de Boulogne sur Mer.
Este barco de 127 metros, “interceptado por la aduana” frente a Honfleur durante la noche del viernes al sábado, es "fuertemente sospechoso de estar vinculado a los intereses rusos objeto de las sanciones", especificó Véronique Magnin, oficial de comunicación regional de la prefectura marítima.
Un patrullero de la aduana, apoyado por una lancha de la gendarmería a lo largo de Honfleur, en Normandía, escoltó al Baltic Leader hacia Boulogne sur Mer. Había partido del puerto francés de Rouen bajo el pabellón ruso. La Aduana francesa está interrogando e investigando a la tripulación del buque para confirmar los lazos.
Golpe a la economía
La Unión Europea adoptó un paquete de sanciones sin antecedentes contra Rusia. Le siguieron Londres y Estados Unidos. El objetivo es impactar con violencia en la economía de Rusia. El presidente ruso Vladimir Putin y su canciller Serguei Lavfrov se encuentran entre los sancionados, junto a otros 26 hombres de negocios vinculados a la industria de la defensa y los militares, a través de las finanzas.
Para el expresidente socialista François Hollande, que fue convocado junto a Nicolás Sarkozy al palacio del Elíseo por el jefe de Estado francés, hay que reforzar el nivel de sanciones a Rusia. “No son suficientes las sanciones sobre el sistema monetario y el aprovisionamiento de gas. Sí será más costoso y notablemente para nuestros amigos alemanes, que se aprovisionan del gas ruso. ¿Pero cómo justificarlo cuando Rusia invade militarmente un país soberano y crea enormes sufrimientos a los ucranianos?", se preguntó Hollande en la puerta del Elíseo. Y agregó: "No hay diplomacia sin equilibrio de poder. Europa debe hacerse respetar”.
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