Estados Unidos aprobó ayer el uso de la pastilla de Pfizer contra el Covid-19. Las autoridades sanitarias confían en que este nuevo medicamento, que reduce un 90% las hospitalizaciones en enfermos graves, contribuya a frenar la veloz propagación de la variante Ómicron, que ya es la más extendida en el país, presente en el 73% de los casos, según datos ofrecidos a última hora del lunes por el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
El fármaco, llamado Paxlovid, promete una manera más rápida y barata de combatir el coronavirus, aunque se espera que los suministros sean extremadamente limitados al principio. La farmacéutica Merck está en las últimas fases de fabricación de una pastilla similar, de nombre Molnupiravir.
La Agencia del Medicamento de Estados Unidos autorizó su uso por vía oral para pacientes mayores de 12 años que tengan una prueba positiva de Covid, además de síntomas de la enfermedad, y pertenezcan a alguno de los grupos con alto riesgo de ser ingresados.
Los datos del ensayo clínico de Pfizer (un estudio con unas 2250 personas no vacunadas, todas ellas con al menos un factor de riesgo, como la obesidad, la diabetes y la hipertensión) demuestran que el nuevo medicamento reduce en un 90% las hospitalizaciones y muertes en ese tipo de pacientes. También, según esos ensayos, el fármaco es eficaz contra la variante Ómicron.
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