Los cubanos descubren la ruta inversa de los Balcanes para llegar a Europa

“Antes, para el cubano el peor castigo era emigrar. Ahora es una bendición, aunque no una suerte, porque salimos a sufrir”. Nancy llegó a Atenas hace unas semanas desde Cuba a través de Rusia, por la ruta de los Balcanes que tantos refugiados atraviesan para llegar a Europa, aunque los cubanos la realizan a la inversa.
Como ella, una veintena de cubanos con historias similares se reúnen para hablar con Efe en un semisótano, situado en el barrio ateniense de Ambelókipi, en el que vive de alquiler una pareja de médicos cubanos, Danay y Eduardo, junto con su hija y con otra pareja.
Como ellos, muchos -en torno a un millar, según sus propias estimaciones- malviven en Grecia a la espera de que las autoridades griegas les den -o no- el visado para continuar hacia otros países.
“Tenemos familiares en España, Italia o Alemania que quieren hacerse cargo de nosotros, no queremos ser un estorbo para la Unión Europea. Queremos trabajar, la mayoría somos profesionales, tenemos muchos niños, pero pronto nos quedaremos en la calle porque se están agotando nuestras reservas económicas”, sostiene Danay. Para la gran mayoría de ellos, la gota que colmó el vaso y los empujó a salir del país fue la represión policial ante las protestas antigubernamentales que arrancaron el pasado 11 de julio contra la gestión de la pandemia y la falta de libertades.

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