Agricultores bloquean con camiones una carretera en Oton, provincia de Pichinch
MIENTRAS TANTO, EL PRESIDENTE LASSO VIAJA A ESCOCIA PARA LA CUMBRE DEL CLIMA

Ecuador ya tiene más cortes que una carnicería y crece la tensión

Grupos de manifestantes mantienen cerrados los accesos a diez provincias, en reclamo por el aumento en el precio de los combustibles. El Gobierno pide diálogo

Quito
Importantes vías en al menos 10 provincias de Ecuador permanecían anoche bloqueadas por grupos de manifestantes en el segundo día de una huelga en rechazo a la suba del precio de los combustibles y la política económica del gobierno del presidente Guillermo Lasso.

Los bloqueos en Pichincha -cuya capital es Quito- Imbabura, Cotopaxi, Carchi, Los Ríos y Guayas, entre otras provincias, impedían el paso de toda clase de vehículos, donde efectivos policiales se empeñaron en despejar las vías por momentos, aunque poco después los manifestantes retomaban los piquetes.

En una ceremonia castrense, el mandatario dijo que “hago un llamado, una vez más, al diálogo a los concesos, a pensar en el bien del país y no en intereses personales, partidistas o gremiales. Mientras nosotros reconstruimos Ecuador hay quienes intentan dividirlo. Mientras impulsamos la producción y el empleo hay quienes desean bloquear calles y carreteras afectando a miles de trabajadores y al desarrollo nacional”.

En medio de la huelga, Lasso informó que hoy viajará a Gran Bretaña (se quedará hasta el 7 de noviembre) para asistir a la Conferencia sobre Cambio Climático COP26 que se celebrará en la ciudad escocesa de Glasgow y posteriormente atenderá reuniones oficiales en España.

Las manifestaciones han sido convocadas por sindicalistas, indígenas, agricultores y otros sectores sociales indignados por la suba mensual de los combustibles, uno de los cuales, la gasolina extra, ha pasado en poco más de un año de 1,48 dólares por galón a 2,55 dólares.

Aunque Lasso dispuso la congelación de esos precios la semana pasada, los manifestantes se mantienen en las calles desde el martes, cuando una marcha en la capital terminó con incidentes menores, mientras buena parte del país seguía trabajando casi normalmente.

Otro de los elementos que mantiene bajo tensión a los sindicalistas es una reforma laboral que promueve el mandatario y que entre otros elementos propone la flexibilización de las relaciones laborales con contratación a tiempo parcial o contratos temporales para generar empleo a siete de cada diez ecuatorianos que no tienen trabajo estable.

El vocero presidencial, Carlos Jijón, destacó a la red de televisión Teleamazonas que “se pedía el congelamiento del combustible, el gobierno aceptó algo que parecía imposible aceptar... y, sin embargo, ahora se pide que rebaje el precio de los combustibles”. Agregó que “el precio del combustible no es más que un pretexto en una escalada de desestabilización de la democracia”.

La Confederación de Nacionalidades y el Frente Unitario de los Trabajadores, los mayores gremios de su tipo, y otras organizaciones sociales y campesinas han convocado las protestas que el martes dejaron 18 manifestantes detenidos, ocho policías heridos y dos militares secuestrados por indígenas.

El presidente de esa Confederación, Leonidas Iza, convocó a mantener las protestas y exigió al gobierno la liberación de “todos los compañeros detenidos de manera arbitraria, injusta y violenta y la reparación integral de todos nuestros hermanos y hermanas que han sido atacadas y están heridas en los diferentes espacios y hospitales producto de la represión policial y militar”. No dio detalles sobre otros heridos o detenidos.

En 2019 una protesta indígena contra la suba de los combustibles, de la que Iza fue protagonista, puso al país al filo del rompimiento democrático durante el gobierno del entonces presidente Lenín Moreno.

Después de casi dos semanas de violentas acciones en todo el país con saqueos, ataques a la Asamblea y el incendio del edificio de la Contraloría, entre otros, Moreno dio marcha atrás con la medida.