El acusado: el excardenal italiano Angelo Becciu
El acusado: el excardenal italiano Angelo Becciu
EL HISTÓRICO PROCESO DURARÁ VARIOS MESES

Juzgan a un cardenal por oscuro manejo de fondos

En el banquillo está el destituido purpurado Angelo Becciu, a quien se acusa de desfalco a las finanzas vaticanas

Ciudad del Vaticano
El Vaticano abre hoy martes un juicio en torno a la oscura compra de un lujoso edificio en Londres y el entramado de empresas y fondos que dejaron un agujero en las finanzas de la Santa Sede, un escándalo que afecta la imagen de la Iglesia.
En el banquillo de los acusados estará el destituido cardenal italiano Angelo Becciu, quien fue Sustituto de la Secretaría de Estado del Vaticano entre 2011 y 2018, uno de los cargos más poderosos de la Curia Romana, y asesor muy cercano al papa Francisco.
El juicio debe determinar si la Santa Sede fue defraudada por un grupo de empresarios sin escrúpulos o si se trató más de un sistema de corrupción interna que involucra a importantes jerarcas de la Iglesia.
El juicio, que durará varios meses, se celebrará en una sala especialmente preparada en los museos del Vaticano, con la presencia de un limitado grupo de periodistas.
La primera audiencia, prevista para hoy, será dedicada a cuestiones técnicas, basadas en la compleja acusación de 500 páginas, fruto de dos años de investigación.
Entre los diez acusados, la mitad estaba al servicio del papa Francisco durante la controvertida compra, realizada en dos fases, de un lujoso edificio de 17.000 m2 en el elegante distrito londinense de Chelsea, del que el Papa ha pedido desprenderse rápidamente. La adquisición de ese edificio, a un precio mayor de su valor real, fue realizada a través de paquetes financieros altamente especulativos, por medio de dos empresarios italianos residentes en Londres.
Esa compra “generó pérdidas sustanciales a las finanzas del Vaticano y se utilizaron inclusive recursos destinados a las obras de caridad personales del Santo Padre”, reconoció la Santa Sede antes de la apertura del juicio.

Oscuro entramado                                                  
Entre 2013-2014, la Secretaría de Estado del Vaticano pidió prestados 200 millones de dólares, la mayor parte al banco Credit Suisse, para invertir en el fondo luxemburgués del empresario italiano residente en Londres, Raffaele Mincione.
La mitad de la suma era para adquirir parte del edificio de Londres y la otra parte fue a inversiones bursátiles. Mincione utilizó el dinero de la Iglesia para “operaciones especulativas”, entre ellas la compra de bancos italianos con problemas financieros.
La Santa Sede, que terminó por registrar pérdidas bursátiles, no podía controlar tales inversiones, por lo que decidió a fines de 2018, poner fin a esa alianza.Para ello, la Santa Sede eligió como nuevo intermediario a Gianluigi Torzi, quien negoció la salida de Raffaele Mincione, indemnizándolo con 40 millones de libras esterlinas (55 millones de dólares) y modificando el acuerdo financiero para que el Vaticano finalmente se convirtiera en el único dueño del edificio.
Torzi a su vez tomó el control de la propiedad del Vaticano (a través de acciones con derecho a voto) y luego extorsionó a la Secretaría de Estado para obtener 15 millones de euros por su salida, según la acusación.
Becciu es asociado asimismo con una misteriosa mujer también enjuiciada, Cecilia Marogna, a quien contrató en 2016 como consultora de seguridad.

COMENTARIOS