Joe Biden
COMUNICADO DE LA CASA BLANCA

La inteligencia de EE UU, tras el origen del Covid-19

Biden ordenó a los servicios informar en un plazo de 90 días si el virus apareció por primera vez en China a partir de una fuente animal o si fue un accidente de laboratorio

Washington
El presidente estadounidense, Joe Biden, ordenó ayer a las agencias de inteligencia de su país que le informen en los próximos tres meses si el Covid-19 surgió por primera vez en China de una fuente animal o de un accidente de laboratorio. Las agencias deben “redoblar sus esfuerzos para recopilar y analizar la información que podría acercarnos a una conclusión definitiva, e informarme en 90 días”, dijo Biden en un comunicado difundido por la Casa Blanca. Según Biden, las agencias están actualmente divididas sobre las dos posibles fuentes del virus que arrasó el planeta en 2020 y aún lo sigue haciendo, matando a más de 3,4 millones de personas, una cifra que según los expertos es una subestimación.
La orden de Biden supone una escalada en la creciente controversia sobre cómo surgió el virus por primera vez: por contacto con animales en un mercado de Wuhan, en China, o por la liberación del coronavirus desde un laboratorio de investigación de alta seguridad en la misma ciudad.
La respuesta tiene inmensas implicaciones tanto para China, que dice no ser responsable de la pandemia, como para la política estadounidense, donde la teoría del laboratorio ha sido utilizada por los opositores republicanos para atacar a Beijing. Los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de EE UU financiaron anteriormente una investigación sobre el coronavirus en los murciélagos en Wuhan, pero negaron haber apoyado experimentos que implican la modificación de un virus para que sea más transmisible a los humanos. La subvención para esos estudios fue cancelada el año pasado por el expresidente Donald Trump. La teoría del laboratorio fue utilizada por los republicanos de la oposición para atacar a los principales científicos estadounidenses, incluido Anthony Fauci, del NIH, y a Beijing, que niega rotundamente las afirmaciones. Biden señaló que en marzo pidió un informe sobre los orígenes del virus para saber “si surgió del contacto humano con un animal infectado o de un accidente de laboratorio”. “A día de hoy, la comunidad de inteligencia estadounidense se ha ‘centrado en torno a dos escenarios probables’, pero no ha llegado a una conclusión definitiva sobre esta cuestión”, dijo. La viceportavoz de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo a los periodistas que Biden fue informado por la comunidad de inteligencia de su evaluación hace aproximadamente un mes, pero que esa información estaba clasificada hasta ahora.

La teoría del laboratorio
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhao Lijian, acusó ayer a Washington de “difundir teorías conspirativas y desinformación” con la teoría del laboratorio. La idea está ganando cada vez más fuerza en EE UU, donde fue inicialmente alimentada por Trump y sus ayudantes y a menudo descartada por muchos como un tema de conversación político.
Citando un informe de la inteligencia estadounidense, The Wall Street Journal informó el domingo que tres personas del Instituto de Virología de Wuhan fueron internadas con una enfermedad estacional en noviembre de 2019, un mes antes de que Beijing revelara la existencia de un misterioso brote de neumonía. La hipótesis del origen natural sostiene que el virus surgió en los murciélagos y luego pasó a los humanos, probablemente a través de una especie intermediaria.

Esta teoría fue ampliamente aceptada al inicio de la pandemia, pero con el paso del tiempo los científicos no hallaron un virus ni en los murciélagos ni en otro animal que coincida con la firma genética del SARS-CoV-2. Este no fue el caso del SARS y el MERS, coronavirus anteriores que pasaron a los seres humanos y se rastrearon hasta las civetas (mamífero carnívoro) y los camellos con relativa rapidez. EE UU y otros países pidieron una investigación más profunda de los orígenes de la pandemia, luego de que el informe de un equipo internacional enviado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a China a principios de este año no fuera concluyente. Y las peticiones de los científicos para que haya más transparencia son cada vez mayores.

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