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ESTADOS UNIDOS

Escándalo por un millón de cheques enviados a muertos

El gobierno de Donald Trump, en plena campaña electoral, quedó envuelto en una nueva controversia por un monto cercano a los USD 1.400 millones.

En el afán de distribuir las ayudas directas por la pandemia lo antes posible, el gobierno de Donald Trump envió casi 1,1 millón de cheques por un total de cerca de 1.400 millones de dólares a personas ya fallecidas, según informó hoy la Oficina de Control de Gobierno.
El ente estatal explicó que, en el apuro, el Departamento del Tesoro envió las tres primeras tandas de pagos usando procedimientos que “no incluían el uso de los registros de fallecimientos como un filtro para frenar los pagos a los ciudadanos ya muertos”.
Recién el mes pasado el Tesoro se dio cuenta del error y comenzó a filtrar los envíos, que en total ya alcanzaron los 270.000 millones de dólares.
Desde el inicio de la pandemia y especialmente con la implementación de cuarentenas y otras medidas de aislamiento social, gran parte de la economía del país se paralizó y se perdieron decenas de millones de empleos en apenas unos meses.
Con las elecciones presidenciales a fin de año, Trump se puso como prioridad recuperar la economía lo antes posible. Promulgó un paquete de estímulo enorme, dentro del cual incluyó ayudas directas a trabajadores y familias, con cheques de 1.200 dólares firmados por él mismo.
La tasa de desempleo que comenzó el año en el 3,5% se disparó en abril al 14,7%, aunque en mayo se redujo levemente al 13,3% a medida que se reabrieron los negocios y la producción.

Se acelera la pandemia
Estados Unidos volvió a registrar otro día con más de 34.000 nuevos contagios y si se mantiene esta tendencia podría volver a alcanzar a nivel nacional el pico que superó con Nueva York, un pronóstico que preocupa a muchos gobernadores, que comenzaron a tomar medidas concretas para frenar la pandemia.
Uno de los dirigentes que más apoyaron la reapertura económica en un primer momento, el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, ordenó ayer frenar ese proceso de flexibilización de la cuarentena luego de ser uno de los estados que registraron récords de casos, hospitalizaciones o muertos en la última semana. 
“Lo último que quiero hacer como estado es dar marcha atrás y cerrar los negocios. Esta pausa temporal ayudará a nuestro estado a controlar la expansión hasta que seamos capaces de entrar en la siguiente fase de la apertura económica de nuestro estado”, explicó Abbott en un comunicado.
Por el momento, el brote en Texas se concentra en las áreas metropolitanas de Houston y Dallas, y en las ciudades de Austin, San Antonio y El Paso. Actualmente, Texas cuenta con 4.389 pacientes hospitalizados con covid-19, frente a los 2.793 de hace una semana, según datos del Departamento de Salud estatal.
A lo largo del sur y el oeste del país, varios estados están registrando una rápida aceleración de los contagios por coronavirus, una tendencia completamente a contramano de lo que sucede en Nueva York y los distritos vecinos, donde se vivió el pico en mayo y, gracias a una reapertura más cautelosa y gradual, el ritmo de nuevos casos y muertes se mantiene en constante descenso.
A nivel nacional, Estados Unidos alcanzó su pico de contagios a la par de Nueva York, su brote más importante hasta ahora. Pero mientras Nueva York tuvo ayer una curva pronunciada de descenso, el país en su conjunto venía viviendo un amesetamiento.

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