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Turistas en la Piazza del Duomo, en el centro de Milán, tras el establecimiento de la cuarentena.
PARÁLISIS EN LA CIUDAD QUE ES EL MOTOR ECONÓMICO DE ITALIA

La cuarentena por la epidemia de coronavirus provoca en Milán angustia y desconcierto

El gobierno decidió aislar a más de 15 millones de personas en el norte de la península para frenar la expansión de la enfermedad.

Vastas áreas del norte de Italia se despertaron ayer bloqueadas después de que el gobierno decidiera aislar a más de 15 millones de personas para frenar la propagación del coronavirus, una medida excepcional que desconcierta y angustia entre otros a los habitantes de Milán, capital económica del país.
“Nos han catapultado a una situación de incertidumbre, de angustia”, reconoce desde Milán Pina Antinucci, psicoanalista, en una charla por teléfono con la AFP.
“Quisiera saber si estoy contagiada, que me hagan los análisis y saber si tengo ese huésped indeseado que ocupa nuestras casas, mentes y vidas”, dice.
Como la mayoría de los milaneses, Antinucci reconoce que es un momento difícil para esa ciudad, motor económico del país, por lo que desde hace dos semanas trabaja por internet con sus pacientes.
La ciudad, que ayer disfrutaba de un sol agradable, estaba casi desierta. La poca gente que se atrevía a salir respetaba la distancia de más de un metro; algunos caminaban, otros corrían.
“Esta medida tenía que ser tomada antes. Aquí el comercio no se detiene nunca”, comentó con tono pesimista Luigi, dueño de un restaurante, entrevistado por el noticiero de información continua RaiNews.
Los habitantes de Milán, alertados el sábado por los medios italianos, se están resignando a una vida lenta.
Ayer, las principales plazas y estaciones de tren y metro (subte) vivieron una jornada tranquila, sin ninguna manifestación de pánico, ni controles de policía.
Los aeropuertos permanecían abiertos, aunque está prohibido abandonar las áreas en donde rige la cuarentena, llamadas “zonas rojas”.
Dentro de esta área, donde reside una cuarta parte de la población italiana, los museos, los centros deportivos, las piscinas, los clubes nocturnos, las salas de juegos y los pubs deben permanecer cerrados.
Los bares y restaurantes pueden permanecer abiertos con la condición de que se respete la distancia de seguridad (un metro entre dos personas); de lo contrario los obligan a cerrar.
Milán, sede de la bolsa de valores italiana, tiene poco menos de 1,4 millones de habitantes, pero diez millones de personas viven en toda la región de Lombardía, el corazón económico e industrial de la península.

“Una locura” 
“El virus obliga a cerrar el corazón del país”, tituló ayer el diario La Stampa. “Cerrada la mitad de Italia”, resumió Il Messaggero.
Con más de 350 muertos, Italia, con una población de 60 millones, ocupa el segundo lugar detrás de China por el número de muertes relacionadas con el coronavirus, y el tercer lugar detrás de China y Corea del Sur por el número de contagiados.
“La policía tiene el derecho de pedir una justificación” a los ciudadanos que se trasladan, advirtió el jefe de gobierno Giuseppe Conte al ilustrar el decreto en la madrugada de ayer.
Los más preocupados son las personas de otras regiones, muchas de ellas abandonaron el sábado por la noche la zona en cuarentena ante el temor de quedar bloqueados, según explicaron los medios italianos. “No sé si mi mujer podrá viajar a Roma. Hoy llega a Milán de un viaje turístico en Asia y no sé si la pondrán en cuarentena”, comentó Sergio.
Desde ayer a la mañana, el movimiento de una cuarta parte de la población del país está estrictamente limitado e incluye provincias tales como Módena, Parma, Piacenza, Reggio Emilia, Rímini, Pesaro, Urbino, Alessandria, Asti, Padua, Treviso y Venecia.
“Te lo ruego: quédate en casa, sal sólo por razones esenciales”, instó el profesor de virología milanés Roberto Burioni en su cuenta de Twitter.
“Es una locura”, reaccionó ante los informes de prensa que daban cuenta de centenares de personas huyendo en vísperas de la cuarentena.
Antes de la firma oficial del decreto, los medios de comunicación italianos divulgaron los principales puntos. Una fuga de noticias considerada “inaceptable” e irresponsable por parte del jefe de gobierno, Conte. “La publicación de un borrador desató sólo incertidumbre y confusión”, lamentó.

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