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ESTADOS UNIDOS

Trump defendió al príncipe acusado de matar a Khashoggi

Contra la presión legislativa que atraviesa la Casa Blanca para que imponga sanciones más duras a Arabia Saudita por la muerte del periodista, el presidente norteamericano aseguró que ese país seguirá siendo un “socio firme”.

El presidente Donald Trump dijo ayer que Estados Unidos seguirá siendo un “socio firme” de Arabia Saudita, pese a que el príncipe heredero Mohammed bin Salman haya podido tener conocimiento del plan para asesinar al periodista disidente Jamal Khashoggi el mes pasado.
En un desafío a la intensa presión de los legisladores estadounidenses para imponer sanciones más duras a Arabia Saudita, Trump agregó que no cancelaría los contratos militares con Riad puesto que considera que sería una medida “tonta” que sólo beneficiaría a Rusia y China.
El mandatario dijo que las agencias de inteligencia de Estados Unidos aún están estudiando la evidencia del asesinato de Khashoggi en el consulado saudita en Estambul el 2 de octubre, y quién lo planeó.
Desde el asesinato, Trump ha tomado diferentes posiciones sobre cómo reaccionar, incluidas posibles sanciones. Pero el martes, el republicano destacó las compras de armas de Arabia Saudita y su papel en mantener los precios mundiales del petróleo como una influencia en su decisión.
“Todo se trata, para mí, de algo muy simple. Lo primero es Estados Unidos”, dijo Trump y agregó: “No voy a destruir la economía mundial y no voy a destruir la economía de nuestro país por ser un tonto con Arabia Saudita”.
Hablando en la Casa Blanca con los reporteros antes de partir a Florida, Trump dijo sobre la posibilidad de que el príncipe heredero saudita haya intervenido en el asesinato, “tal vez lo hizo, tal vez no”, y argumentó que la CIA no ha tomado una decisión definitiva.
Sus comentarios contradijeron a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), que cree que la muerte de Khashoggi fue ordenada directamente por el príncipe heredero, que es el gobernante de facto de Arabia Saudita y es ampliamente conocido por sus iniciales MbS.
Trump fue rápidamente acusado por los legisladores demócratas de socavar a sus propias agencias de inteligencia y de no confrontar a Arabia Saudita por una atrocidad contra los derechos humanos.
“Los derechos humanos son más que una simple frase, tienen que significar algo. Y eso significa levantarse y condenar un asesinato descarado por parte de un gobierno extranjero. Todos los que participaron en este asesinato deben ser responsables”, dijo la senadora Dianne Feinstein.
Legisladores demócratas y republicanos han instado a Trump a que retire su apoyo a MbS por el caso de Khashoggi, pero el presidente se ha mostrado reacio.
Trump aseguró el martes que tanto el rey Salman de Arabia Saudita como MbS “niegan enérgicamente cualquier conocimiento de la planificación o ejecución del asesinato”, y que la verdad podría no saberse nunca.
También hizo hincapié en que Arabia Saudita, un productor líder de petróleo, es un importante socio comercial y un “gran aliado” en la lucha contra el poder iraní en Oriente Medio.
“Estados Unidos pretende seguir siendo un socio firme de Arabia Saudita para garantizar los intereses de nuestro país, Israel y todos los demás socios en la región”, dijo Trump.

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