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ALARMA EN ESTADOS UNIDOS

Enviaron explosivos a la casa de los Clinton, a Obama y a la sede de CNN

Una serie de paquetes sospechosos fueron enviados a figuras políticas relevantes de Estados Unidos y el ex director de la CIA, John Brennan. Mientras, sigue la búsqueda de otros envíos postales de similares características.

Estados Unidos quedó convulsionado luego de que las autoridades impidieran un aparente atentado terrorista coordinado que tenía como blancos a los Obama, los Clinton y otras figuras demócratas, el multimillonario George Soros y la cadena de noticias CNN, una ofensiva inédita que dejó al país en alerta y contaminó aún más el clima político cuando faltan dos semanas para las elecciones legislativas que decidirán el control del Congreso.
El Servicio Secreto interceptó paquetes con “dispositivos explosivos” enviados a las residencias de los Obama, en Washington , y de los Clinton, en Chappaqua, al norte de Nueva York, con características similares a uno que fue dejado el martes en la casa en Katonah, Westchester, de Soros, filántropo progresista y donante demócrata de origen húngaro, quien suele ser blanco de críticas de ultraconservadores y de teorías conspirativas.
Además, las autoridades frenaron un cuarto paquete enviado al edificio Time Warner, sede del canal de noticias CNN, en pleno Manhattan, al lado del Parque Central, destinado al ex director de la CIA, John Brennan, junto a un sobre que tenía “polvo blanco”. Otros paquetes “sospechoso” forzaron la evacuación las oficinas de la congresista demócrata Debbie Wasserman Schultz, en Florida, y fueron enviados al ex fiscal General, Eric Holder; la senadora demócrata Kamala Harris, y la congresista Maxine Waters. El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, dijo que también su oficina en Nueva York también había recibido un paquete sospechoso.
“No nos sorprendería que aparecieran más dispositivos”, dijo el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, en una conferencia de prensa fuera del edificio Time Warner. 
Ante el espanto por un intento de ataque que tuvo un claro tinte político, demócratas y republicanos, encerrados en una encarnizada batalla cada vez más agria por el rumbo de Estados Unidos, un país fracturado por la grieta ideológica, intentaron dejar sus diferencias de lado y ensayaron un llamado a la unidad, y condenaron la violencia sin fisuras partidarias. 
El presidente Trump, quien suele denostar a sus críticos y a la prensa -en particular a CNN- y ha fustigado en varias oportunidades a todas las figuras que fueron aparentes blancos del ataque, quedó en una posición incómoda, pero igual se unió a ese llamado al condenar los fallidos atentados como “actos despreciables”.
“La seguridad del pueblo norteamericano es mi más alta y absoluta prioridad”, dijo Trump en un acto en la Casa Blanca.

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