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PERIODISTA DESAPARECIDO

Trump presiona a Arabia Saudí

El presidente estadounidense, Donald Trump, elevó este lunes la presión a Arabia Saudí por la desaparición del periodista Jamal Khashoggi, que se sospecha fue asesinado tras visitar el consulado saudí en Estambul el pasado día 2. En un intento de controlar una crisis diplomática en ciernes, Trump envió a su secretario de Estado, Mike Pompeo, a Arabia Saudí. Y sugirió que un grupo de matones podría haber asesinado al reportero, que era crítico con la monarquía autoritaria y huyó el año pasado a EE.UU. al temer por su seguridad en el país árabe. El presidente especuló con que los asesinos podrían haber actuado por libre, lo que concedería un argumento de defensa a Riad, que ha negado tajantemente tener conocimiento sobre el paradero de Khashoggi.
Trump habló por teléfono con el rey saudí Salman, quien negó “firmemente” saber lo ocurrido a Khashoggi. Preguntado por periodistas en la Casa Blanca sobre qué le dijo el monarca, el presidente respondió: “El no sabía realmente. Quizá, no me quiero meter en su mente, pero para mí sonó como si quizá podrían haber sido asesinos sin escrúpulos. Quiero decir, ¿quién sabe?” Turquía asegura tener pruebas de que Khashoggi fue asesinado y descuartizado cuando acudió al consulado saudí para realizar un trámite matrimonial. Arabia Saudí lo niega pero apenas ha dado explicaciones sobre dónde está el reportero, que era columnista de The Washington Post. Según ese diario, EE. UU. interceptó conversaciones de oficiales saudíes en las que hablaban de cómo el príncipe heredero, Mohamed bin Salman, ordenó una operación para tenderle una trampa a Khashoggi con el objetivo de detenerle y trasladarle a Arabia Saudí. Washington sospecha que la operación, ejecutada por un equipo de 15 personas desplazadas a Estambul, no se ejecutó como estaba previsto.
Trump se mostró muy cauto la semana pasada sobre la desaparición de Khashoggi. Se limitó a anunciar que EE. UU. participaría en las investigaciones y que quería aclarar el caso. Ante las crecientes voces en el Congreso que le piden sancionar a Arabia Saudí, rechazó hacerlo, alegó que restringir la venta de armas sería contraproducente y tildó de “excelentes” las relaciones con Riad, la primera capital que visitó como presidente.
Sin embargo, en una entrevista el fin de semana, Trump amenazó por primera vez con imponer un “castigo severo” a Arabia Saudí si es responsable de la muerte del periodista. En una inusual reacción entre aliados, Riad respondió que contraatacaría con “mayor acción” y le recordó a EE. UU. su importancia geopolítica y energética.
El caso de Khashoggi es cada vez más incómodo para Trump, que se ha mostrado muy crítico con la prensa y ha dejado en un muy segundo plano el respeto a los derechos humanos en el mundo. “La Administración tiene un problema profundo porque ha respaldado completamente a MBS [las iniciales del heredero saudí]”, escribe en un correo Bruce Riedel, que fue asesor para Oriente Próximo de los últimos cuatro presidentes estadounidenses y trabajó 30 años en la CIA. “Pompeo está en una misión para tratar de salvar esta relación crucial”, agrega.

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