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CRISIS INSTITUCIONAL

La represión en Nicaragua amenaza con detonar otro éxodo masivo

Costa Rica, el país más afectado, dijo que la cantidad de pedidos de asilo es “exorbitante”; estiman que unas 3.000 personas cruzan por semana.

En medio de la dura crisis institucional y la creciente ola de violencia que atraviesa Nicaragua, cada vez son más los ciudadanos que se ven obligados a abandonar el país. La Dirección de Migración y Extranjería de Costa Rica, “el número de solicitudes de refugio es exorbitante” en lo que va del año y el 68% de estas corresponden a nicaragüenses, el triple que las de venezolanos.
La canciller de Costa Rica, Epsy Campbell, dijo que se estima que cerca 3.000 nicaragüenses cruzan por semana a su país desde que empezaron las protestas. “Hay un aumento que podría llegar a una crisis. Si llegamos a 5.000 personas que ingresan por semana, estaríamos hablando de crisis”, señaló.
Braulio Abarca Aguilar, abogado y miembro del Centro Nicaragüense de los Derechos Humanos (Cenidh), señaló a Costa Rica como el principal destino al que se dirigen los migrantes, seguido por Panamá, Estados Unidos y España. Agregó que, en gran medida, son en su mayoría jóvenes los que debido a las amenazas de muerte y los asedios policiales y paramilitares son obligados a desplazarse.
Desde que comenzaron las protestas el 18 de abril, en reclamo por la reforma del sistema previsional, el Cenidh se ha encargado de registrar las denuncias de distintas violaciones de derechos humanos y, a su vez, de emitir constancias que las certifiquen. Suelen ser necesarias para las personas que quieren acceder a una solicitud de refugio en cualquier país.
A partir de principios de junio el Cenidh pasó a entregar alrededor de 30 constancias diarias, y llegaron al extremo de quedarse sin papel membretado. Mientras que algunas personas forman largas filas en la embajada costarricense para tramitar la visa, muchas otras optan por atravesar la frontera “por puntos ciegos”. De los casos que atendió y asesoró Abarca Aguilar, un 60% son indocumentados y sólo un 40% cuentan con pasaporte.
Pero este no sería el único factor por el cual muchos nicaragüenses emigran del país por los puntos ciegos de las distintas fronteras. Según el sacerdote Edwin Román, actual defensor por los derechos humanos en Nicaragua, existen riesgos a la hora de tramitar el pasaporte o de pasar por el control de migraciones. “Hay nombres que al lado tienen la palabra aviso”, aclaró el cura, y explicó que en ese caso las personas se encuentran imposibilitadas a la hora de salir del país, e incluso son detenidas y acusadas, por ejemplo, de terrorismo.
La parroquia San Miguel, en la capital de Managua, y a cargo del padre Edwin, se transformó en “un dispensario y en una morgue” para el gran número de heridos y víctimas fatales que se empezaron a registrar en las distintas protestas, pero también supo convertirse en el punto de encuentro de algunas asociaciones nicaragüenses por los derechos humanos y de civiles que van a reportar la desaparición o detención de sus familiares. El sacerdote explicó que él también puede ofrecer una carta de recomendación para aquellos que necesiten solicitar refugio en otros países, pero no así conseguir visas.

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