Más de 400 personas, una cuarta parte niños, murieron en lo que va de semana bajo los bombardeos del régimen contra el enclave rebelde de Guta Oriental, en las afueras de Damasco, y el Consejo de Seguridad de la ONU se reunió ayer para buscar un alto el fuego, de acuerdo de con una resolución presentada por Suecia y Kuwait para que cesen las hostilidades durante 30 días.
Los países occidentales y árabes respaldan la propuesta en esta guerra que se acerca a su octavo año, pero Rusia, principal aliado del presidente Bachar el Asad y que cuenta con derecho de veto, alega que no existe un acuerdo e impone condiciones para excluir de la tregua a los combatientes yihadistas.
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El secretario general de la ONU, António Guterres, había reclamado poner fin de forma inmediata al “infierno en la Tierra” de la comarca de la periferia nororiental de la capital siria, donde 400.000 civiles permanecen asediados por las fuerzas gubernamentales desde 2013. “Seremos juzgados por la historia”, advirtió su vocero.
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