Estados Unidos anunció ayer que ignoraba que Corea del Norte tuviera en su poder el tipo de cohete intercontinental que el gobierno de Pyongyang lanzó el lunes, un alerta que se sumó a una prueba de misiles de “precisión” conjunta entre Washington y Seúl ayer, lo que elevó aún más la tensión en la zona y profundizó la crisis regional.
La escalada se trasladó ayer al Consejo de Seguridad a pedido de Washington, donde las principales potencias mundiales volvieron a discutir cómo responder al nuevo desafío de Corea del Norte, que pese a las repetidas sanciones y prohibiciones del principal órgano de la ONU, se muestra determinada a seguir desarrollando y probando su programa militar nuclear y los misiles que necesita para utilizarlos en un ataque.
La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, aseguró que la decisión norcoreana de probar con éxito su primer misil intercontinental, con capacidad de alcanzar a Alaska, es una “nueva escalada” de la crisis y, por lo tanto, “requiere una respuesta de mayor escala”.
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