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El 65% de los brasileños quiere la salida de Temer.
TENSIÓN EN BRASIL

Popularidad de Temer cae al 7%

La popularidad del presidente brasileño, Michel Temer, cayó a 7%, la peor valoración de un mandatario en los últimos 28 años, y un 65% de brasileños quiere su salida ante la crisis política que lo acecha por acusaciones de corrupción, según el sondeo Datafolha publicado ayer sábado.
Temer tenía un 9% de aprobación antes de que el 17 de mayo saliera a la luz una grabación en la que parece dar aval al pago de un soborno y de que el Supremo Tribunal Federal (STF) le abriera una investigación por corrupción, obstrucción a la justicia y organización criminal. 
Este nivel es inferior al 13% que tenía la presidenta izquierdista Dilma Rousseff (2011-2016) antes de sufrir el impeachment hace un año. 
La gestión de Temer, que asumió el poder tras la destitución de su compañera de fórmula, es considerada mala o pésima por un 69% de la población y regular por un 23%. En abril, esos índices estaban en 61% y 28%. 
Sólo el presidente José Sarney (1985-1990) tuvo una popularidad más baja que Temer, de un 5%, en septiembre de 1989, en medio de la crisis de hiperinflación en el país.

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Por primera vez desde que Temer asumió el poder, Datafolha analizó el apoyo a su posible salida. Y, actualmente, un 65% de los brasileños cree que sería "lo mejor" para Brasil, mientras que un 30% está a favor de su permanencia en la Presidencia.
Aunque Temer asegura ser víctima de un complot y se ha negado tajantemente a dejar el cargo, su renuncia sería defendida por un 76% de la población. Un 20% estaría en contra y un 4% no supo responder.
Si Temer no renunciara, un porcentaje aún mayor de 81% estaría a favor de que se le abriera un proceso de impeachment. El Congreso tiene una veintena de solicitudes en ese sentido, aunque el procedimiento es largo.
Y en caso de que el mandatario dejara por cualquier motivo el poder, un contundente 83% de la población de Brasil querría que se celebraran elecciones directas y sólo un 12% estarían de acuerdo con una elección indirecta por parte del Congreso.
Si Temer cayera, la Constitución establece que el Congreso debe elegir en un plazo de 30 días a la persona que debería sustituirlo para completar su mandato hasta finales de 2018.

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